¡Preparándonos para cerrar en década y reinicar nuestro camino!

Estos nuevos 366 días nos darán la oportunidad de cerrar una década. Son ideales para la autoevalución que nos conecta directamente con el autoconocimiento que debemos tener sobre nosotros mismos. El 2019 me dejó el mal sabor de las pérdidas físicas y el enfrentarme a situaciones que no conocía. Sin embargo, lo despedirlo con el alma tranquila, aunque mi corazón sienta la presión de su ausencia. No es fácil después de 45 años acostumbrarse a vivir con su falta, pero si se puede continuar en aceptación, por lo que este período me seguiré vistiendo con el traje de la resilencia, para llena de fe, esperanza y optimismo continuar adelante. Estaba acostumbrada a las despedidas programas, evaluadas y estudiadas, esas no dejan tristeza, sino satisfacción, pero como arquitecta de mi vida he tenido que reestructurar mi plan de vida y adecuar el diseño para hacer de este 2020 un gran año.

¡Hola 2020!

Bajo la gracia divina te doy la bienvenida, por fe tengo la certeza de que las bendiciones serán mayores en este nuevo período. Te abro los brazos, el corazón y el alma para que se cumpla en mí la promesa del Señor. Te recibo llena de amor y con muchos deseos de alcanzar la realización de mis deseos más intrínsecos. Albergo la esperanza de tener la fuerza necesaria para seguir poniéndole color a mi vida y música al camino por el que he decidido retomar mis aspiraciones... Te recibo como un libro lleno de proyectos y sueños. ¡Te siento mío! Desde que llegaste te he hecho cómplice de los secretos de mi corazón y de las aspiraciones de mi alma. Estoy dispuesta a caminar junto a ti los senderos que Dios disponga.

En agradecimiento

Este es el momento ideal para dar gracias a Dios y reconocer el papel que desempeñó cada persona que estuvo a nuestro lado. He hecho un “stop” para dentro de lo que me abrumada pueda encontrar los motivos para ser agradecida. Despido el 2019 en modo aceptación. Buscando recargada de energía positiva. No me detendré en las situaciones difíciles, pero sí en lo que aprendí de ellas, no me juzgaré y me lastimaré exigiéndome más, he decidido enfocarme en mis puntos fuertes, en mis mejores cualidades, simplemente quiero disfrutar el viaje, de cada proyecto y Dios es mi mayor mentor.

¡Estoy lista!

Aunque muchas veces flaquee, he tomado estos últimos meses para recuperarme y sacudirme. Me siento lista para vivir nuevas experiencias, para hacer eso que siempre he querido, he dejado en su lugar mi pasado, para vivir mi presente. Estoy en actitud de dejar que estos nuevos doce meses me ayuden a construir mi mejor versión. Limpié mi corazón y solté todo lo que me ata. Soy responsable de la vida que quiero y merezco vivir, por eso razón trabajo en mi objetivo de lograr un año magnífico. Soy dueña de cada una de las acciones que sean necesarias tomar para vivir a plenitud, no pienso dejar el diseño de mi vida en manos de otros, esta vez quiero recibir lo que deseo, que me dure lo que espero y me haga feliz más de lo que imagino. ¡Bienvenido 2020!