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DE CERCA

¡Esos recuerdos que construye el Listín!

Después de casi 20 años trabajando en Listín Diario, es lógico que guarde una maleta repleta de recuerdos, enseñanzas y amistades. Aquí crecieron mis hijos correteando por los pasillos, aquí tuvo mi hijo mayor su primera oportunidad laboral, y aquí, diversas situaciones me han empujado a crecer como ser humano y me han retado profesionalmente. De manera que si algún día decido escribir un libro sobre mi vida, sería el Listín Diario un gran protagonista. Como parte de mis responsabilidades tengo el compromiso de monitorear el trabajo que realizan los jóvenes de la recepción, y me encanta recibirlos porque llegan entusiasmados con esta mágica historia.

Lo que no olvido

En ese ir y venir del tiempo llegó Willington. El día en que lo conocí coincidimos en la recepción más o menos una hora antes de lo previsto. Vestía una camiseta deportiva, en su joven rostro se notaban algunas gotas de sudor. No me detuve, seguí mi curso.

Una hora después me avisaron que la persona que esperaba ya estaba lista. Lo invité a pasar. Lo reconocí enseguida, aunque ya había cambiado su ropa deportiva por una camisa blanca, bien planchada. Con su rostro fresco y una mochila a cuestas entró a mi oficina. Era su primer trabajo formal, no tenía experiencia, pero me cautivó su deseo de aprender. Ese día, me comentó que había llegado antes de la hora de la cita porque venía caminando desde la universidad y quería disponer de tiempo para arreglarse. Me pareció sabio y responsable de su parte.

El valor de la actitud

Desde el primer contacto no dudé de que estaba frente a un buen candidato. Y no me equivoqué, semanas más tarde empezó a formar parte del equipo de Relaciones Públicas. Cada día llegaba a su jornada de trabajo a la hora acordada y en poco tiempo conquistó el cariño y el respeto de todos a su alrededor.

Era atento y amable. Servicial en sentido extremo. No recuerdo un solo día en el que tuviera que hacerle una llamada de atención, siempre estaba dispuesto a cubrir cualquier turno adicional, se ganó, con su actitud, mi admiración.

Para siempre

¡Tenía tantos sueños… pero Dios lo llamó a su lado! Hoy, en esta fecha especial en la que conmemoramos 130 años de una trayectoria exitosa, me place rememorar su compromiso de lealtad con esta empresa, sus deseos de desarrollarse junto a nosotros, porque es precisamente eso lo que hace de Listín Diario una marca poderosa: su gente. Hoy es justo celebrar por todos aquellos que ya no están, pero que han dejado su huella. Yo brindo, además, el privilegio de haber conocido a Willington. ¡Hasta el lunes!

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