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El escote ‘Bardot’ de la Duquesa de Sussex no cumple con el protocolo real

Popularizado en la década de los 60 por el icono francés Brigitte Bardot, es el escote sensual y romántico por excelencia.

Meghan Markle continúa apostando por su escote favorito y más polémico, el ‘Bardot’. Ya lo hizo en el pasado y ahora que ya es duquesa de Sussex, sigue sin renunciar a su estilo.

Este fin de semana Meghan Markle ‘se estrenó’ en su primer acto público como Duquesa durante la celebración oficial del cumpleaños de la reina Isabel, una fiesta conocida como ‘Trooping the Colour’. Para la ocasión, la esposa del principie Harry eligió un elegante vestido rosa viejo con botones, de Carolina Herrera, un tocado a juego de Philip Treacy y clutch Insignia Metropolitan también de Carolina Herrera.

La ex actriz lució hermosa, pero falto a las reglas del protocolo de vestimenta de la Casa Real, que establece que las duquesas, sin excepción, deben llevar trajes con las mangas porque prohibido enseñar los hombros.

La verdad es que la duquesa de Sussex lucía muy natural y moderna con la ropa que llevaba puesta. Pero lamentablemente la naturalidad y el estilo propio le importan muy poco a la normativa de la realeza inglesa.

La duquesa todavía no está muy familiarizada con las normas de etiqueta y se notaba un poco nerviosa en el famoso balcón del Palacio de Buckingham. Afortunadamente, su esposo, el príncipe Harry, estaba a su lado para orientarla.

La ayuda del príncipe fue fundamental para que la duquesa de Sussex pudiese cumplir con las reglas de protocolo de los gestos y las reverencias. En un tierno episodio Harry se inclinó hacia su esposa para explicarle, entre susurros, lo que debía hacer.

Así, Meghan pudo inclinarse correctamente y a tiempo ante la monarca de Inglaterra, que cumplió 92 años de vida durante el fin de semana. Los nuevos duques de Sussex no dejaron de verse con complicidad y amor durante todo el evento. Quedó demostrado que el apoyo de Harry es muy importante para que Meghan se sienta cómoda con su nueva posición en la Casa Real.

Sobre el escote ‘Bardot’. Consiste en dejar sus hombros al descubierto. Se convirtió en un icono en la década de los 60 gracias a la actriz Brigitte Bardot, quien lo llevaba con un encanto y una elegancia envidiables. Los hombros eran considerados una de las zonas más íntimas y sensuales del cuerpo, y dejarlos a la vista de todos, sin tirantes ni mangas, era una reivindicación brutal de feminidad. En la actualidad, se sigue asociando a la sensualidad, una sensualidad que roza la sexualidad, sin parecerlo. Y es quizá el gran poder de este escote: se basa en una paradoja. Parece a primera vista mucho menos escandaloso que un maxi escote pero bajo sus aires inocentes, su poder de seducción es inmenso.

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