Los recién casados Duques de Sussex, Meghan y Harry, como cualquier pareja recibieron regalos de boda por parte de amigos y familiares. Entre ellos el ducado de Sussex que ahora antecede sus nombres, obsequio de la abuela del novio, Isabel II. Pero también cientos de ciudadanos, marcas y empresas han enviado regalos a su nueva residencia en el palacio de Kensington. Regalos que ahora tendrán que devolver.

Según publica el diario británico Express, el valor de los presentes ascendería a ocho millones de euros, y los duques están obligados a devolverlos. De acuerdo a las normas establecidas en 2003 tras una investigación, la llamada ‘Peat Inquiry’, los miembros de la familia real británica pueden usar (pero no quedarse con ellos) los regalos recibidos, por lo que es preferible que los devuelvan o que se donen al Estado. Si son perecederos, como en el caso de comida, pueden consumirlos.

Con el gesto de no quedarse con los presentes, se busca que los duques no se conviertan en objetivos publicitarios. Por ejemplo, el Express habla de una marca llamada ‘Bags Of Love’ muy popular en Reino Unido que se dedica a la impresión sobre tela, que habría creado y enviado un pack de biquini y bañador a juego para los duques; en caso de que lo usaran, sería una perfecta publicidad para la misma.