Un saludo que contagia la paz

En una ocasión con un grupo de compañeros de la universidad visité el Hospital Psiquiátrico Padre Billini, la edificación conocida popularmente como “el 28”. El objetivo era solo llevar algunas donaciones motivados por una maestra que realizaba acciones sociales. Al principio no habíamos pensado en entrar, el plan era dejar lo que habíamos recaudado y seguir. Mi parte asignada era simplemente manejar, pero algo pasó en la visita, no logro recordar exactamente, y decidimos hacer un recorrido guiados por el personal que laboraba en el centro. Mi recuerdo de aquellas horas es horrendo: personas apretujadas en los pasillos oscuros, paredes sucias, miradas perdidas… su atuendo maloliente y en pésimas condiciones dejaba evidencia de que provenían de familias muy humildes. Muchos tenían largos años en el lugar, habían sido abandonados, otros, escasamente recibían la visita de algún familiar. Cada rostro era una historia. Quedé tan impresionada que no intenté volver jamás. El veterano periodista Juan Salazar tiene otra historia. Él fue valiente y decidido, y por un periodo de dos meses estuvo en contacto con los enfermos mentales para escribir la serie especial publicada en Listín Diario “En la Piel de la Locura”, un excelente trabajo de investigación apoyado en las imágenes del fotorreportero Jorge Cruz. Durante su investigación Salazar Durmió en el piso, pasó hambre y sed, conoció de las frustraciones y esperanzas de los enfermos mentales. Vivió en carne propia el rechazo de una sociedad cada vez menos humana. Leí cada entrega con detenimiento e interés, no solo porque la estructura y el manejo del tema engloban importantes técnicas de redacción periodística, también por la curiosidad de conocer de este mundo lleno de mitos. Confieso que muchas de las narraciones me tocaron el corazón. Nunca se lo dije, pero su trabajo cambió mi percepción de muchas personas que deambulan por las calles. Sus descripciones de los pocos gestos de solidaridad que recibió son una prueba de lo mucho que podemos hacer con poco. Una sonrisa, un poco de agua, detener el vehículo para darles paso, regalar algunas monedas… Recordé aquella visita de hace años a ese triste hospital y de cómo no aproveché el tiempo para poder ayudar solo por un miedo erróneamente aprendido. Nos falta enseñarles a nuestros hijos que nadie está blindado contra las enfermedades mentales y crear más conciencia de la necesidad de apoyo y empatía que tienen estas personas. Esta serie especial mereció el primer lugar en el premio de periodismo “Rafael Herrera” que otorga la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), y el aplauso de toda la sociedad porque a través de la visión holística del tema las autoridades correspondientes han podido tener información de primera mano sobre las necesidades de los enfermos mentales. Salazar llega cada día a la Redacción de Listín Diario y hace un recorrido por cada escritorio para esparcir como pólvora ‘la paz’. Una acción que no es común ni siquiera en muchos cuerdos. Él contagia tranquilidad, la transmite porque la lleva dentro. Es de esas personas a las que te acercas con una turbulencia y son capaces de reconfortar con solo una palabra. En su reflexión final Juan Salazar destacó que con este trabajo también recibió grandes enseñanzas. Aprendió a enfrentar sus propios miedos, a tolerar la ofensa, a ignorar las burlas, a valorar cada día y dar gracias a Dios por el regalo de la vida. A disfrutar de las cosas sencillas, a dar sin esperar el reconocimiento, brindar afecto con cada gesto, hablar menos y escuchar más… Lo que se le olvidó señalar fue que con cada entrega también sus lectores aprendimos la misma lección. ¡Hasta el lunes!