Algo que Contar
Rafael Ovalles: A paso firme va seguro por la vida
“Para llegar donde estoy siendo hijo de un camionero, Rafael Ovalle, y una ama de casa, Francisca Rodríguez, hay que estar claro desde un principio de lo que quieres ser y hacer. Y definitivamente, yo dije que nunca me iba lamentar de que perdí momentos que no supe aprovechar”, dice con mucha satisfacción.
Hay personas que son como los elefantes, que a paso lento van seguro por la vida buscando lo que quieren, y no se detienen hasta encontrarlo. Una de ellas es Rafael Ovalles. Un hombre extrovertido, decidido, apasionado con rasgos y características innatas, que se han fusionado a la perfección para demostrar que somos irrepetibles por creación de Dios.
En busca de “Algo que Contar”, visité su oficina, en donde lo primero que vi fue, precisamente, una colección de elefantes, animal que admira porque tienen características compatibles. Son piezas de su privacidad. Es tal su afición que no permite que nadie las toque. Diría que es muy enigmático.
Siguiendo de forma visual el entorno que lo rodea, se percibe mucha luz y muy buen gusto para los detalles. Predominade el color rojo, libros de historia, obras de arte e imágenes de familiares y amigo.
Por qué tanto de él en este espacio. Es simple la respuesta, después que el periodista Rafael Ovalles llegó a la dirección del Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep), ha hecho de este lugar su medio hogar. Aquí pasa la mayor parte del tiempo, pues lo ha asumido como un sacerdocio, que lo ha llevado a sacrificar una tradición de más de 32 años: comer junto a su familia.
Asegura que no es lo único. Ha tenido que renunciar, después de ejercer esta función, a muchas cosas más… las cuales extraña, entre ellas el compartir en el día con su esposa Edilí; pese a que se comunica con ella a toda hora, se siente mal, a veces, por todo el tiempo que le ha robado y a sus hijos Rafael Antonio y Natali.
Se confiesa muy pluralista y democrático en el ejercicio de sus funciones en la que está comprometido como el primer día, y la que define como una experiencia muy interesante.
‘’Lo estoy viviendo de una forma intensa y apasionada, porque ‘soy todo o nada, hasta en el amor’, dice al unísono de una carcajada. Y los resultados han sido exitosos porque son proporcionales a todos estos factores que definen mi personalidad. Esto se aplica a cualquier proyecto en la vida, sino se le da pasión y entrega los resultados son pocos satisfactorios’’, dice Rafael Ovalles.
“Creo que como padre he cumplido mi rol; sé que a veces soy muy exigente pero ellos están en edad de entender, pero el gran mérito en la familia debe llevárselo Edilí, quien ha sido una madre excepcional, que realmente se ha dedicado y le ha dado seguimiento en todo. Hoy, Rafael Antonio está casado y Natali trabaja en California, luego de haber hecho una maestría en Diseño en Paisajismo en la Universidad Berkeley California.
“Estamos viviendo momentos muy difíciles en una sociedad no sana, que está enferma, y eso debe preocuparnos a todos, pero más que nada, creo que debemos dedicarnos a orientar a nuestros hijos para dirigir sus destinos. Debemos trabajar en su formación, en valores para construir una base sólida, vigilarlos de manera permanente y dar consejos, aunque no le guste algo le queda, porque de nada sirve tener logros económicos y académicos, si fracasamos en la crianza de nuestros hijos”, enfatiza.
“Desde pequeño la pobreza me marcó y entendía que si no estudiaba no iba a salir a camino. Hoy exhibo estos logros porque renuncié a muchas cosas en la vida. Hay momentos en que debes decidir sobre lo que quieres, cómo lo quieres, lo que te conviene y no conviene, y en eso he sido objetivo, desde siempre’’, asegura.
“Para llegar donde estoy siendo hijo de un camionero, Rafael Ovalle, y una ama de casa, Francisca Rodríguez, hay que estar claro desde un principio de lo que quieres ser y hacer. Y definitivamente, yo dije que nunca me iba lamentar de que perdí momentos que no supe aprovechar”.
“Desde pequeño me decían relambío. Siempre he tenido ese carisma que he sabido aprovechar, pues nunca he tenido vergüenza, ni miedo, siempre camino firme, pues las huellas quedarán”.
Un proyecto: Mi vida y la de mi familia.
Legado familiar: Que me recuerden por lo afectuoso, porque siempre estuve en los momentos más difíciles y de cada cosa que le pudo pasar buena o mala
Actitud: Le exijo a la gente lo que puedo dar y a veces es un error, pues cada uno tiene un techo, y hay personas que dan hasta donde pueden, pero soy paternal, y les exijo para que aprendan a dar más, que a veces uno tiene cualidades ocultas y lo retos te ayudan
Un cambio: Debo ser más tolerante.
Convicción: Mi razón es ayudar y darme a los demás. No sé trabajar la maldad como estrategia. Fui formado en un hogar donde se predicaba el amor, y fui un hijo muy querido, de ahí mi seguridad y mi alegría.