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DE CERCA

¡Bienvenido sea el amor!

Hace más de 15 años que ella terminó una relación después de estar casada por 12. Una unión que le dejó como recuerdo indeleble dos hijas para quienes decidió vivir desde entonces. Sin duda ha tenido tiempo suficiente para reflexionar sobre lo que realmente aspira a encontrar en una pareja… demasiado tiempo diría yo. No hay que ser especialista en sexualidad humana para entender que una mujer necesita un compañero, esa persona especial con quien compartir intereses, caminar de la mano, ese ‘alguien’ que te motive, te espere, te respete y te haga sentir amada. Sin embargo, las obligaciones propias de una madre soltera se fueron convirtiendo en la excusa perfecta para alejar cualquier asomo de ilusión sentimental.

Una vez me contó que había conocido un hombre de quien se había sentido interesada, semanas después el temor a que no funcionara la había hecho alejarse. Así es el miedo, nos paraliza y nos impide avanzar, por no intentarlo nos negamos la oportunidad de encontrar la plenitud.

Anclaba su negación en cualquier argumento y planteaba que enamorarse después de haber sufrido las consecuencias de una sufrida relación era, literalmente, un milagro.

Ella, como muchas mujeres, construyó de la cotidianidad una muralla inquebrantable donde no tenía acceso el amor y daba prioridad a la crianza de sus hijas ante la más mínima expresión de acercamiento que tuviera un hombre. Una tarde comentó sin muchos detalles que estaba ‘conociendo’ una persona y que cuando estuviera lista lo presentaría.

La madurez marcó su territorio, si tuviera 20 años ya lo habríamos visto en las redes sociales… pero mantuvo su secreto hasta sentirse segura.

Un día por fin conocimos a ‘ese hombre’ que nos había robado nuestra amiga. Ya no habían largas conversaciones por whatsapp, ni encuentros en su apartamento, porque ella tenía cosas que atender.

De repente mi amiga se hizo un corte de pelo y su estilo de vestimenta cambió, y es que sin duda el amor es capaz de reavivar cada una de las células del cuerpo, incluso de reactivar la belleza de las mujeres.

Hace unos días nos juntamos para ‘ponernos al día’ y emocionada sacó de su cartera una tarjeta con la leyenda: “Save the Date”, refiriéndose a que en seis meses celebraría su boda. ¡Cuánto he disfrutado esta noticia! Por ella y por todas las mujeres que deciden romper los esquemas y darse la oportunidad de ser feliz.

La vida nos sorprende, y nos puede cambiar el trayecto en un minuto. Nunca será tarde para amar y sentirse amada. Así que el pensamiento de que por tener cincuenta años o más no es posible enamorarse, queda absolutamente desfasado.

Solo hay que mirar el brillo de sus ojos y la sonrisa que se pinta en sus labios cuando está a su lado, para confirmar que vale la pena correr el riesgo de volver a enamorarse y disfrutar de una buena compañía.

¡Hasta el lunes!

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