Cinco pasos para curar el acné

Después de comprender las causas que dan origen al acné, su desarrollo, analizamos la posibilidad de erradicarlo para siempre y brindar un mantenimiento adecuado para mantener la piel en buenas condiciones. A lo largo de los años hemos conocido muchos tratamientos para eliminar o curar el acné, dependiendo del nivel de profundidad de la afección. Una forma muy efectiva que recomendamos esta condensada en cinco pasos o fases, incluyendo un programa de cuidados especiales, luego de erradicado el acné para mantenerla limpia del mismo, y a la vez, contribuye a rejuvenecerla. La primera etapa consiste en eliminar el exceso de celular muertas, minimizando la proliferación del acné. Para ello, debe limpiar sin resecar para lo cual es recomendable usar cremas limpiadoras con PH neutro y gel no jabonoso. El mejor ingrediente para esta curación preliminar es el ácido salicílico para limpiar el exceso de células muertas y las bacterias. Este producto además de limpiar, es antiinflamatorio, por lo que reduce la hinchazón alrededor de los poros y penetra en los comedones que forman los granos. También es una forma especial de antioxidante, que contribuye a mantener la piel joven y sin arrugas. El procedimiento es sencillo, debe mezclar el ácido salicílico con igual cantidad de agua y colocar en cada área afectada, dejar un rato, enjuagar con agua tibia y secar bien, sin frotar, tanto en la mañana como en la noche. La segunda fase del tratamiento sigue exactamente después del secado con la aplicación de eritromicina de uso tópico, en las zonas afectadas, en la mañana y al acostarse. El tercer paso consiste en eliminar los tapones que sobresalen como comedones o puntos negros, obstruyendo los poros. Para flojarlos y removerlos es necesario utilizar el ácido glicólico, un derivado de la caña de azúcar, que tiene un efecto antioxidante, de manera que reduce la inflamación y la hinchazón. Debe aplicar esta crema en la mañana usando la misma técnica de aplicación que el producto anterior, la deja actuar por unos minutos y luego enjuaga con agua tibia. En un cuarto momento, se inicia la fase necesaria para la destrucción de las bacterias que subyacen en el interior de los poros, con la aplicación de un agente antibacteriano que se conoce como peróxido de benzoilo (o PB). Este se conserva y frío se utiliza de la misma forma que los dos anteriores. La diferencia está en que debe enfriar la mano donde va a colocarlo, mezclar con agua y aplicarlo en las zonas afectadas que previamente ha enfriado. Luego, colocar compresas frías encima de estas áreas sin dejar enfriar demasiado durante diez minutos. Para finalizar este proceso retire cualquier exceso de PB y deje que actúe sobre la bacteria toda la noche. En la próxima entrega aportaremos la parte final de este importante tratamiento.