Unidos por siempre

Margarita Soni es una mujer bendecida por el Señor, según ella, por la familia que Él le ha dado y por cumplir cada día con el compromiso de velar por el futuro de ellos. La dama confiesa que tiene esta gran cosecha gracias a que eligió casarse con Elías Arbaje Farah, a quien define como un gran esposo, hijo, padre y un ser humano ejemplar. “Elías era un hombre entregado a sus hijos y su familia. Pendiente de ellos en las noches. Se levantaba a arroparlos y a darles su medicina si estaban enfermos. Les enseñó con su ejemplo a ser personas dignas, humildes y a valorar a los demás. No pude pedir a Dios mejor compañero de vida”. Para la familia Arbaje es importante levantar generaciones con sensibilidad social, para lograr menos indiferencia en cada lugar en el que se desenvuelvan. Solo así se puede tener una sociedad más justa y humana. La prole de los Arbaje Soni exhibe un éxito profesional que responde a la formación recibida en el hogar, porque el ejemplo que les legaron los padres siempre va a permanecer. (+) UNA COSTUMBRE CONSTANTE Desde hace más de treinta años, cada vez que leo algo que pueda enriquecer el alma y la formación de mis hijos lo recorto, le saco copias y se los entrego, ya no solo a ellos sino hasta a nuestros nietos y a los yernos y nueras. Cada vez que vengo con un papelito, ellos se ríen y se miran cómplices… pero no los suelto hasta que lo lean y comentemos el contenido. Hay prioridades que todo ser humano establece en su vida; en la nuestra, el amor fraternal se une con el filial, logrando una sinergia de núcleo familiar extendido; esto hace que nuestros hijos y primos entre sí, crezcan como hermanos.