GENTE
Dolores... Lolita
Uno de los lugares más encantadores de la ciudad de Miami es “Dolores but you can call me Lolita”; un restaurant- lounge con el espacio suficiente para ofrecer lo que todo visitante anda buscando en cualquier momento. El establecimiento, ubicado en un edificio originalmente construido en el año 1923 y que en esa época funcionaba como estación de bomberos, figura actualmente dentro del registro nacional de lugares históricos de Florida lo cual por si solo constituye una invitación a conocerle. “Dolores but you can call me Lolita” se encuentra dividido por varias áreas realmente confortables y de estilos muy diferentes como el restaurante, la terraza, una discoteca y dos salones privados. Desde la terraza de Dolores, Miami avenue adquiere un brillo diferente, sobre todo cuando se comparten algunas ´tapas´ acompañadas de un champán rosé a la temperatura apropiada. Segafredo Brickell Este café ha logrado transmitir a cada visitante su esencia a la perfección. Desde la entrada a Segafredo Brickell se respira un aire a libertad y a complicidad entre quienes simplemente buscan pasarla bien sin ninguna complicación. Sus asiduos visitantes forman parte de la población adulto-contemporáneo que se desplaza desde el trabajo para tomar un café con amigos, comer bien y/o disfrutar de las múltiples actividades que allí se realizan. Los fines de semana, durante la noche, la música sube de volúmen para abrir paso a uno de los establecimientos más exclusivos de la 'ciudad del sol' con un mágico ambiente donde el freno o el acelerador sólo puede dosificarlo el propio conductor. Segafredo Zanetti Espresso Café es una franquicia que nació en Italia y que ha abierto sus puertas en las ciudades más cosmopolitas incluyendo Santo Domingo. El Ricky de Spirit Es incalculable el daño que un empleado puede ocasionar a su empresa, sobre todo cuando parte de su desempeño en la misma es brindar servicio al cliente. Una de mis peores experiencias de viaje la tuve volando en Spirit desde Fort Lauderdale a Santo Domingo recientemente. Todo mi equipaje era un 'carry-on', así que entendí que no habría problemas para abordar el avión… hasta que al aproximarme a la puerta me recibió Ricky. Ricky era el sobrecargo de turno en Spirit y me dijo que mi pequeña maleta no cabía junto a mí en el avión ya que los espacios donde podía ser guardada habían sido ocupados por otros pasajeros que abordaron antes, sin importar que mi asiento era uno dentro de las 3 filas preferenciales que tiene la aeronave, así que después de discutir con el intransigente Ricky y observar cómo éste emplazaba a otra pasajera inconforme para que saliera del avión, permití que se llevaran mi maleta a otro compartimento y por supuesto que no volaré jamás en el avión de Ricky, Spirit, donde el cliente NUNCA, ni por asomo, tiene la razón. Sígueme en Twitter: @mkasse