GENTE
Los Jonas Brothers en Santo Domingo
El anuncio de que los Jonas Brothers pisarían suelo dominicano el próximo 25 de octubre se esparció como mecha de pólvora encendida. Cuando Conciertos Saymon Díaz dio a conocer la esperada actuación, ya miles de admiradoras, sin querer exagerar, que estos chicos tienen en República Dominicana, gracias a la rapidez de redes como Twitter y Facebook, despertaban a la realidad de que finalmente podrían ver y escuchar cantar en vivo en el Estadio Olímpico a esta agrupación norteamericana. Joe, Kevin y Nick Jonas desbordan la energía de su juventud en cada movimiento sobre el escenario a ritmo de instrumentos como el piano y la guitarra, los que ellos mismos tocan mientras entonan sus conocidas canciones y se desplazan de un extremo al otro con gran dinamismo y contagioso entusiasmo. Siendo madre de una adolescente de 14 años, puedo asegurar que como muchas otras he vivido “la fiebre Jonas” en altos grados, con el privilegio de verlos actuar en dos auditorios, París y Puerto Rico, frente a públicos muy diferentes entre sí pero con la misma receptividad hacia este trío de jovencitos que con su autenticidad y carisma ha logrado la aceptación no solo de las chicas, sino también de familias completas que se sienten identificadas con su música y con el mensaje potable que independientemente transmiten cada uno de ellos en momentos en los que parecería que los antivalores se crecen mundialmente. Pienso que este fenómeno se debe a la formación de hogar y valores morales que sus padres, Kevin y Denise Jonas, inculcaron en sus 4 hijos (incluyendo a Frankie, el menor de ellos) y que continúan transmitiéndoles como mentores del grupo musical, quienes además les acompañan durante las giras que les han llevado a tocar lugares a los que quizás nunca pensaron que podrían llegar. Kevin padre, quien fue ministro cristiano y por ello tuvo que trasladarse frecuentemente junto a su prole de una ciudad a otra de Estados Unidos, por lo que se ha ocupado de predicar con el ejemplo ante sus hijos para que sin importar el ambiente trivial que les rodea hoy día, ellos vivan en la fe cristiana. Por su lado, Denise, una profesora de Lenguaje dedicada a enseñar a los sordomudos ha procurado que sus hijos continuaran sus estudios a pesar de las largas y exigentes jornadas laborales que deben agotar los hermanos Jonas cada día. Actualmente, luego de que detectarán que Nick Jonas padece diabetes, la familia completa protagoniza una cruzada para educar a los jóvenes con esta enfermedad invitándoles a vivir una vida lo más normal posible al igual que otros de su edad. La familia Jonas no es perfecta, los tres hermanos son jóvenes y, más que eso, son seres humanos, ciertamente dotados de un talento especial que hasta el momento han logrado utilizar para cruzar fronteras y llevar un mensaje matizado por la alegría de su música, el mismo que traerán a Santo Domingo, Dios mediante, para la alegría de su amplia fanaticada.