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Sencilla como en casa
KRISTINA WETTER: UN CORAZÓN DULCE QUE NACIÓ PARA VIVIR EN LOS MEDIOS. CONSCIENTE DE SU GRAN RESPONSABILIDAD, SE ESMERA EN OFRECER A SUS TELEVIDENTES CONTENIDOS DE CALIDAD
SANTO DOMINGO.- Sus inicios en los medios de comunicación fueron “divertidos y únicos”. Tenía 17 años cuando interpretó “La Sifrina”, el personaje de un comercial de helados muy popular entonces en Venezuela, su país natal. Fue la modelo de “dedito estiradito y corazón de leche condensada”. Kristina Wetter dice que a esa edad “realmente tenía el corazón de leche condensada”. La madurez de la juventud sacudió los azúcares de la adolescencia y la llevó a decidir seriamente que lo de ella era estar en “el medio”. Estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello. Luego de trabajar en producción de televisión, la obra de su vida tuvo un pequeño giro y la llevó frente a las cámaras en el departamento de prensa de Venevisión, el canal 4 de Venezuela. Sus días transcurrían entre “guiones, cámaras y salas de edición”, luego de que la cadena HBO Latinoamericana la contratara para que viajara haciendo documentales y cubriendo festivales de cine en el mundo. Pero todo cambió: conoció a Nacho, su ahora esposo. El es editor de comerciales de cine. Se desenvolvían en el mismo ambien te, sin encontrarse. Hasta un día. “Nos casamos y fuimos a estudiar a España. El postgrado era exigente y me dejaba poco tiempo para la casa”, cuenta Kristina en entrevista exclusiva para Listín Diario. Esos malabares entre estudiar y ocuparse del hogar, la hicieron concebir una idea genial: “Kristina en casa”. Al llegar a Venezuela no había tiempo que perder. Kristina y Nacho desar rol laron este concepto, Hubo un cambio drástico. Tanto como el de la inocente “Sifrina” a la juiciosa periodista. Su carrera ha “ido de la mano con la evolución” nos expresa orgullosa quien escribe sus recetas para los do minicanos en una colaboración para la revista Aldaba, del Grupo de Comunicación Listín Diario. Una comunicadora a la cocina Pero, ¿por qué cocina? “La cocina siempre ha formado parte de mi vida. Yo aprendí a cocinar como se aprenden las cosas que no se olvidan: ayudando a mi mamá, a mi abuela y a mi nana. Crecí en la cocina y sigo feliz en ella, ahora con mi marido y mi hija” es la respuesta de Wetter. “Kristina en casa” inició como una columna en una revista dominical, luego siguió un página web y en lo adelante, su primer libro de cocina. Trasladar estos contenidos a la televisión era la evolución más natural. Con cinco años en el aire, sus recetas han sido recibidas a puertas abiertas en los hogares de América Latina y los Estados Unidos, a través de la mencionada cadena internacional Casa Club TV. TAMBIÉN LOS HOMBRES SIGUEN SU PROGRAMA Las recetas de Kristina Wetter se enriquecen de la sencillez. Son fáciles y prácticas. Todos pueden prepararlas, incluyendo los hombres. Y no se sorprendan si escuchan por ahí que muchos de sus seguidores son de sexo masculino. La comunicadora, consciente de este reconocimiento, cree que el mismo se debe al entusiasmo y la pasión con las que están hechos cada uno de sus platos. ¡Ah! y por supuesto a la calidad de su programa. "Tenemos un público más exigente, que exige buenos contenidos, que tiene el control en sus manos”, reflexiona la comunicadora. “Creo firmemente que los comunicadores sociales tenemos el deber de ofrecer contenidos útiles y de calidad a nuestros televidentes... para eso estamos en los medios.” Sus planes Kristina se encuentra concibiendo “nuevas ideas y formas” de encontrarse con sus admiradores. Entre ellas la producción de dos publicaciones y nuevas temporadas del programa. Ya cuenta con cinco libros de recetas, que han llegado a nuestro país a través de la Librería Cuesta. Sus planes futuros descansan en el crecimiento de su línea de lencería y utensilios para el hogar de la mano de BECO, la tienda por departamentos más importante de Venezuela. A Kristina Wetter amante de los viajes, de las tardes con su hija y de las largas charlas con su marido no parece faltarle nada. Satisfecha y agradecida dice estar. No hay duda. Se declara inmensamente feliz.