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Jubilados vuelven a protestas por las calles de Argentina
Cientos de policías y de miembros de otras fuerzas de seguridad fueron apostados para custodiar el Congreso, epicentro de la manifestación.

Manifestantes protestan para exigir pensiones más altas y oponerse a las medidas de austeridad del gobierno del presidente Javier Milei, ayer en Buenos Aires.
Con el respaldo de sindicatos, organizaciones sociales y partidos opositores, jubilados argentinos se movilizaron el miércoles en el centro de Buenos Aires contra el plan de ajuste económico del presidente Javier Milei, cuyo gobierno implementó un amplio operativo de seguridad para evitar que se repitan los disturbios de hace una semana.
Cientos de policías y de miembros de otras fuerzas de seguridad fueron apostados para custodiar el Congreso, epicentro de la manifestación. La sede del Legislativo fue rodeada de vallas en el marco del operativo, que también incluyó interrupciones en el tránsito en calles aledañas y controles a microbuses que transportaban a manifestantes en los accesos a la capital argentina.
El gobierno del mandatario ultraderechista también difundió un mensaje en las pantallas situadas en las estaciones de tren del área metropolitana, en el que advirtió que la policía iba a reprimir "todo atentado contra la República”, como una forma de disuadir a quienes participaron de la manifestación a no repetir los hechos de violencia ocurridos en una protesta similar la semana pasada. En ellos hubo decenas de heridos —entre ellos un fotógrafo que está grave debido al impacto de una granada de gases lacrimógenos disparada por un gendarme—, y fueron detenidos unos 120 manifestantes, a los que poco después se les puso en libertad por órdenes de una jueza.
Los manifestantes exigen se incrementen la mayoría de las prestaciones que reciben en Argentina unos 7,2 millones de jubilados y pensionados (que son los que perciben una parte de lo que habría sido la jubilación del cónyuge fallecido). Participan en la protesta sindicatos, organizaciones sociales izquierdistas y grupos estudiantiles.
Los beneficiarios de una jubilación o una pensión mínima de 280.000 pesos (257 dólares), y que también reciben un bono de 70.000 pesos (64 dólares), perciben mensualmente un monto que cubre menos de un tercio de su costo de vida, según ha cuestionado la Defensoría de la Tercera Edad de Buenos Aires.
Los únicos incidentes el miércoles se produjeron al anochecer, cuando el grueso de los manifestantes ya se había retirado. Un grupo de no más de 50 personas intentó derribar uno de los vallados y fue dispersado por la policía con gas pimienta.
marcha o violencia
Más temprano, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, advirtió en redes sociales: “Marcha o violencia: no es lo mismo. Alterar el orden público y la vida democrática es un delito federal”.
La publicación incluyó un video en el que un policía federal decía a través de un megáfono: “Atención. Manifestarse por la vereda. Ante violencia, alejarse. Las fuerzas actuarán. Todo acto de violencia será denunciado por sedición y atentado contra el orden constitucional”.
Unos 600 agentes de tránsito se encontraban en las calles y 350 contenedores de basura fueron retirados provisionalmente para evitar actos de vandalización.
En esta ocasión no se advirtió la presencia de hinchas de fútbol, de los que el gobierno dijo que algunos eran barras bravas, como ocurrió hace una semana. El sindicato de los trabajadores del Estado, partidos de izquierda, centros de estudiantes, movimientos sociales y agrupaciones kirchneristas —peronismo de centro-izquierda que lidera la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015)— acompañaban el miércoles a los ancianos.
En algunas vallas se podían ver consignas dirigidas a Milei que decían: “Con los jubilados no te metes más”.
otros choques
Los jubilados y pensionistas han sido protagonistas de otras movilizaciones realizadas los miércoles en las calles de la capital, en las que también hubo choques, pero no con la violencia de hace una semana.
El grupo Encuentro de Jubilados y Asambleas, que participó en la movilización, dijo que se siente el “catalizador” de una reacción más amplia de la sociedad en contra del “ajuste desmedido” del gobierno de Milei, abocado al recorte drástico del gasto para asegurar el superávit fiscal.
Jorge Forastieri, de 87 años, estaba cerca del Congreso aguardando a que comenzara la marcha. El jubilado dijo a The Associated Press que acude siempre que puede a las protestas de los miércoles.
El anciano expresó que se siente orgulloso del apoyo que han expresado a los jubilados otros sectores sociales, y sostuvo que no tenía miedo. Contó que siempre les expresa a los miembros de las fuerzas de seguridad su “respeto”, y en esta ocasión también les dijo a algunos de ellos "que tienen el derecho de hacer objeción de conciencia... una orden (de represión del gobierno) inhumana e inmoral no se cumple”.
Forastieri dijo esperar que el reclamo de actualización de las jubilaciones sea escuchado, pese a que el presidente "es un saltimbanqui y decirle payaso es ofender a los payasos”.