Un ‘ejército’ de estudiantes sostiene la marea de voluntarios contra el fango en Valencia
Aun así, la suspensión de clases por parte del algunas universidades cercanas, aunque no todas, ha hecho que miles de estudiantes acudieran a estos pueblos a seguir prestando su ayuda
Un ‘ejército’ de estudiantes ha sostenido este lunes la marea de voluntarios que desde el pasado jueves por la tarde acuden principalmente desde València a ayudar en las tareas de limpieza en los pueblos de L’Horta Sud más castigados por los destrozos de la dana que azotó la provincia el martes.
Tras el puente del 1 de noviembre en el que miles de vecinos de València, de pueblos cercanos y de otros puntos de la Comunidad Valenciana y España acudieron ayudar en esa tarea, este lunes, ya laboral, la presencia de voluntarios descendió notablemente.
Aun así, la suspensión de clases por parte del algunas universidades cercanas, aunque no todas, ha hecho que miles de estudiantes acudieran a estos pueblos a seguir prestando su ayuda a los afectados.
“Estudio en València a 50 metros de La Torre, tengo amigos universitarios y llevamos viniendo desde el jueves. Lo que podemos hacer, lo hacemos. Es un poco de vergüenza que las universidades abran o nos pidan cosas. Viendo cómo está la situación aquí, no es necesario. Es lamentable”, asegura Jorge.
“Todos nos estamos uniendo e invito a cualquiera que tenga clase a venir y a arrimar el hombro. Todos estamos aquí para ayudar, mucha fuerza y mucho ánimo al pueblo”, remarca.
Seguridad y bomberos de toda España
Junto a los estudiantes, la primera jornada laboral ha supuesto también un desembarco de cuerpos de seguridad y bomberos de diferentes municipios y ciudades de España. Por las calles de Alfafar y Benetússer se han podido ver agentes de las policías municipales de Madrid o de Ibi (Alicante), así como operarios de bomberos o de protección civil de Cádiz o de Málaga, entre otros.
Como desde el miércoles, la UME sigue desplegada en la zona y lo mismo ocurre desde el sábado con el Ejército, parte de cuya maquinaria pesada ya se ha visto este lunes en la larga calle que une todos estos pueblos.
La llegada de bombas ayuda a drenar bajos aún inundados, y ese agua y el de las primeras máquinas de presión e incluso alguna cuba aceleran la limpieza de algunas calles, aunque el fango se resiste a irse. Parte del alcantarillado vuelve a estar despejado, lo que ayuda a esta labor.
No obstante, hay otras calles en las que se mantiene un palmo de barro y decenas de coches apilados, lo que dificulta la movilidad de las personas mayores.
En Alfafar se anuncia por megafonía la puesta en marcha de nuevo del sistema de recogida de basuras, y tractores y palas empiezan a despejar las calles de todos los enseres que sacaron a la calle los propietarios de los cientos de bajos comerciales arrasados en esta zona.
En este área continúan algunos puestos de comida para vecinos y voluntarios y algún comercio que no fue demasiado afectado ha conseguido volver a abrir, como un estanco de Benetússer que presentaba una larga cola y en el que, eso sí, solo se podía pagar en efectivo.