trÁfico de influencias
Señalan a la vicepresidenta de Ecuador de corrupta
El caso surgió, según la Fiscalía, luego de que un exfuncionario de la vicepresidencia denunció que Francisco Barreiro, hijo de Abad, y otra persona le habían ofrecido un alto cargo por el cual debía entregar 1,700 dólares de un salario mensual de 3,200 dólares.
La Fiscalía General de Ecuador determinó el lunes que hay suficientes indicios para involucrar a la vicepresidenta de ese país, Verónica Abad, en un caso de presunto tráfico de influencias, en el que inicialmente está procesado el hijo de la mandataria.
En un vídeo publicado por el Ministerio Público, el fiscal Carlos Alarcón —quien, hasta ahora llevaba el caso del hijo de Abad— dijo que “se determinó la presunta participación de Verónica Abad en esta causa” luego de diligencias como la ampliación de la versión del denunciante y la obtención de documentación e información telefónica que no reveló.
Alarcón señaló además que debido a que la segunda mandataria está sujeta al fuero de la Corte Nacional ha decidido desplazar la causa a ese tribunal para que continúe el debido proceso. Para ello la vicepresidenta debe ser notificada formalmente.
El caso surgió, según la Fiscalía, luego de que un exfuncionario de la vicepresidencia denunció que Francisco Barreiro, hijo de Abad, y otra persona le habían ofrecido un alto cargo por el cual debía entregar 1,700 dólares de un salario mensual de 3,200 dólares. Como garantía de pago el denunciante firmó un pagaré de 30,600 dólares.
La jueza que estaba conociendo el caso, María Fernanda Castro, remitió el expediente a la sala de sorteos de la Corte Nacional de Justicia para que que designe a un juez de la Corte Nacional.
Para un eventual procesamiento judicial de Abad, la Fiscalía General debe recibir una autorización expresa de al menos 92 votos en la Asamblea.
La vicepresidenta se encuentra en Israel desde diciembre cumpliendo funciones de embajadora por designación del presidente Daniel Noboa, con quien mantiene un tenso distanciamiento que comenzó en la época de la campaña y se agudizó tras la llegada al poder el 23 de noviembre del año pasado. No se han explicado las razones de la ruptura.
Hace una semana la vicepresidenta atendió telemáticamente un llamado de la Fiscalía por el caso de presunta corrupción en que se juzga a su hijo pero no respondió preguntas, entre otras razones porque no se le explicó si había sido convocada como testigo o sospechosa.
Por este caso, el hijo de la vicepresidenta estuvo detenido desde el 21 de marzo por cerca de 45 días en una prisión de máxima seguridad, de donde salió luego del pago de 20,000 dólares de fianza.