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El papa pide el cese de la violencia en Haití tras el secuestro de seis religiosas

Francisco  hizo un llamamiento "para que cese la violencia que tanto sufrimiento causa a ese querido pueblo" después de que desde hace algún tiempo se han recrudecido las hostilidades entre bandas armadas.

El papa Francisco bendice a los fieles desde su estudio que da a la Plaza de San Pedro, el domingo 7 de enero de 2024, en el Vaticano.

El papa Francisco bendice a los fieles desde su estudio que da a la Plaza de San Pedro, el domingo 7 de enero de 2024, en el Vaticano.AP

El papa Francisco pidió hoy el cese de la violencia en Haití al recordar el secuestro de un grupo de personas, entre ellas seis religiosas, en Puerto Príncipe, en un llamamiento al finalizar el rezo del ángelus en la plaza de San Pedro.

"He recibido con dolor la noticia del secuestro en Haití de un grupo de personas, entre ellas seis religiosas. Al pedir su liberación, rezo por la armonía social en el país", dijo el papa en referencia a la captura de seis monjas de la congregación de las Hermanas de Sainte-Anne, junto con otras personas, cuando iban a bordo de un autobús que se dirigía a la universidad de la capital, Puerto Príncipe.

Francisco después hizo un llamamiento "para que cese la violencia que tanto sufrimiento causa a ese querido pueblo" después de que desde hace algún tiempo se han recrudecido las hostilidades entre bandas armadas que llevan a cabo intensos ataques en el barrio capitalino de Solino, situado a pocos kilómetros del Palacio Nacional.

Esta situación está provocando que decenas de familias huyan de sus hogares, engrosando los campamentos improvisados donde miles de personas subsisten en condiciones infrahumanas.

El secuestro de las religiosas fue confirmado por un comunicado de prensa de la Conferencia de Religiosos de Haití y denunciado por el obispo de Anse-à-Veau, monseñor Pierre-André Dumas, que condenó "con vigor y firmeza este último acto odioso y bárbaro, que ni siquiera respeta la dignidad de estas mujeres consagradas que se entregan de todo corazón a Dios para educar y formar a los jóvenes, los más pobres y vulnerables de nuestra sociedad".

En la nota, el obispo pide la liberación de los rehenes y el fin de "estas prácticas despreciables y criminales".