EEUU pide el fin de la violencia en Birmania tras el ataque aéreo del Ejército que ha dejado 50 muertos
El Gobierno estadounidense ha mostrado su "profunda preocupación" por el ataque aéreo de las Fuerzas Armadas de Birmania sobre una zona rebelde en el norte del país, que ha dejado más de 50 muertos, incluidos niños, al tiempo que ha pedido a las autoridades el fin de la violencia.
"Estados Unidos hace un llamamiento al régimen birmano para que ponga fin a la terrible violencia, permita el acceso sin trabas de la ayuda humanitaria y respete las aspiraciones democráticas genuinas e inclusivas del pueblo birmano", reza un comunicado del Departamento de Estado.
El portavoz adjunto del Departamento, Vedant Patel, ha señalado que este tipo de ataques "subrayan aún más el desprecio del régimen por la vida humana y su responsabilidad en la grave crisis política y humanitaria que vive Birmania tras el golpe de Estado de febrero de 2021".
"El régimen militar debe cumplir las obligaciones que le impone el Derecho Internacional Humanitario, incluidas las normas sobre protección de civiles", ha remarcado, antes de agregar que Washington colaborará con la comunidad internacional para que las autoridades rindan cuentas por las violaciones de derechos cometidos.
Este lunes ha tenido lugar un ataque aéreo en la aldea de Pazigyi, en Sagaing, donde han caído dos bombas a primera hora de la mañana. La administración opositora, constituida como contrapeso a la junta, ha asegurado que serían "unos cien" los fallecidos en este ataque y ha instado a acabar con la "impunidad" del régimen militar.
Para el Gobierno opositor, la "acción atroz" perpetrada por el "ejército terrorista" en Sagaing --región considerara contraria a la junta que gobierna Birmania desde el golpe de Estado de 2021-- es otro ejemplo "del uso indiscriminado de la fuerza extrema contra civiles inocentes", lo cual "constituye un crimen de guerra".
La junta ha endurecido la represión en este tiempo y acumula más de 21.300 detenidos, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Birmania (AAPP, por sus siglas en inglés). Desde el golpe, más de 3.200 personas han muerto a manos de las fuerzas leales a las actuales autoridades.