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El éxito de los videos que humillan a los indigentes en Japón

Foto de AP.

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En uno de estos videos, vemos a indigentes que duermen de noche en un parque y que, de repente, son despertados adrede por conciertos de cacerolas o canciones cantadas a voz en cuello. Primeros planos de los rostros asustados y desconcertados de esta pobre gente.

En otro video, un joven se ofrece a comprar comida a un vagabundo. Entran en un supermercado, cogen una pequeña cesta y recorren las estanterías. El vagabundo elige lo que quiere: un bocadillo, un paquete de pasteles, fideos instantáneos, etc. Entonces los dos hombres van a la tienda y compran comida.

Entonces los dos hombres se dirigen a las cajas registradoras, pero cuando llega el momento de pagar, el supuesto benefactor huye y deja al vagabundo completamente desconcertado, ya que no tiene dinero suficiente para pagar. Cómicos cómplices filman su reacción.

Variante: a un indigente se le ofrece un o-nigiri, un pequeño bollo de arroz cocido. A cambio, sin embargo, se le pide que haga una reverencia de agradecimiento tan fuerte que roza la postración ritual. Por supuesto, esto es totalmente injustificado, ya que un o-nigiri sólo cuesta unos cien yenes, menos de un euro. Pero el vagabundo lo hace porque tiene hambre.

El culto al rendimiento

Todos estos videos son presentados por sus autores como "bromas desenfadadas", sin mucha maldad. Y tienen un éxito arrollador en Japón; son los videos con más "me gusta" y más compartidos del momento, lo que indigna a las asociaciones que ayudan a los más pobres.

Estos videos también refuerzan su convicción de que en Japón las personas sin hogar están especialmente desprestigiadas.

Hay una norma básica en el país por la que se pide a todo el mundo que redoble sus esfuerzos, que dé lo mejor de sí mismo, que se supere en cualquier circunstancia y cueste lo que cueste. Aquí, rendirse no es una opción.

Se les reprocha, en definitiva, que transgredan esta exigencia permanente de excelencia y rendimiento. Se les considera antisociales, y en las redes sociales de Japón se hacen comentarios despectivos e incluso odiosos sobre ellos durante todo el día. Los hacen, incluso, personas muy famosas, influencers, por ejemplo.

Un clima de odio hacia los más pobres

En agosto de 2021, uno de ellos, Daigo, que se autodenomina "mentalista", publicó un video en el que protestaba porque parte del dinero de sus impuestos se destinara a ayudar a los más pobres. Para él, "la vida de las personas sin hogar es menos valiosa que la de los animales". Esto causó un gran revuelo en su momento, pero su canal de YouTube sigue teniendo más de 2 millones de suscriptores.

Para las organizaciones benéficas, los videos que se burlan de los sin techo son tan crueles y peligrosos como esas declaraciones, porque alimentan un clima de odio hacia los más pobres.

En Japón, no es raro que las personas sin hogar sean víctimas de violencia verbal y física. En los últimos años, incluso han muerto varios. Han sido asesinados por personas, sobre todo jóvenes, que consideraban insoportable su presencia y creían que no merecían vivir.