Latinoamérica, entre incertidumbre y empuje de cambio
Detalles. La recesión, la erosión institucional y el aumento del autoritarismo continúan en América Central, especialmente en Nicaragua y El Salvador.
América Latina se moverá en 2023 entre la incertidumbre a causa de la inflación, la crisis energética y el magro crecimiento económico por un lado, y el empuje del cambio político y social que demanda una ciudadanía más consciente y crítica que presiona a sus líderes para que hagan realidad sus aspiraciones de desarrollo y bienestar.
Nueve años atrás, América Latina avanzaba. Aupada en el auge de las materias primas, en la región la pobreza disminuía, la desigualdad se reducía y la democracia se arraigaba.
Pero en 2014, el boom de los commodities llegó a su fin y comenzó así una nueva década perdida que se mantendrá en 2023.
El mediocre crecimiento del 1,7 % que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI), los altos niveles de inflación, el aumento de la violencia y el crimen organizado, la crisis migratoria y los catastróficos efectos de la pandemia dibujan un panorama poco alentador para la región.
Esta situación merma las aspiraciones de desarrollo, acrecienta el descontento de la ciudadanía, plantea desafíos a la democracia, traba la inserción internacional de la región y limita las iniciativas de integración regional.
Inestabilidad política
La mayoría de los analistas prevén que en 2023 prosiga la inestabilidad política puesta de manifiesto en el voto de castigo que han recibido el oficialismo y los partidos políticos tradicionales con las quince victorias consecutivas de la oposición en los países que han celebrado elecciones libres y transparentes en los últimos cuatro años. En la agenda electoral de América Latina para el próximo año destacan tres comicios presidenciales (Argentina, Paraguay y Guatemala) y dos referendos constitucionales (Chile y Ecuador).