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La abolición de la corrida en Francia, ante el difícil debate

Fuente: Archivo.

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Los diputados están llamados a pronunciarse el jueves sobre la prohibición de las corridas de toros en Francia, una medida que apoya la mayoría de franceses pero que podría no llegar a votarse entre intentos de obstrucción y campañas de presión.

Más de 500 enmiendas se presentaron a la propuesta de ley que, junto a su cuarta posición en la agenda del pleno, vuelven difícil que se llegue a votar. A medianoche, la sesión terminará, independientemente de si se abordaron todos los puntos.

El grupo de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), encargado de fijar la agenda del jueves, denunció una "obstrucción antidemocrática" de los grupos de derecha y de extrema derecha, así como del oficialista del presidente Emmanuel Macron.

Las tres iniciativas precedentes, entre ellas el alza del salario mínimo y la inclusión del derecho al aborto en la Constitución, también cuentan con unas 400 enmiendas en total. Ninguna propuesta tiene visos de adoptarse por los equilibrios parlamentarios.

"Es dramático, es una vergüenza para la Asamblea Nacional" (cámara baja), pero "la lucha continuará al día siguiente" contra las corridas con otra iniciativa, aseguró el ponente del texto, el diputado antiespecista Aymeric Caron.

- "Tradición local ininterrumpida" -

Francia no escapa al debate latente en el resto de países con corridas: España, Portugal, Venezuela, México, Colombia, Ecuador y Perú. Aunque se prohíbe en gran parte del país, se permite en el tercio sur en nombre de una "tradición local ininterrumpida".

Caron busca suprimir esta exención prevista en el artículo sobre maltrato animal del Código Penal, al defender que es una "barbaridad" y una tradición "española" importada en 1853 para satisfacer la esposa de Napoleón III, Eugenia de Montijo.

Según el historiador Bartolomé Bennassar, autor de un libro sobre la tauromaquia, la corrida logró anclarse en el sur de Francia porque se basaba en "tradiciones locales" más antiguas, que incluían juegos taurinos.

El presidente del grupo Observatorio Nacional de Culturas Taurinas (ONCT), André Viard, indicó que actualmente se matan "menos de 1.000 toros por año", un número "constante desde hace 15 años", y que en 2022 se registraron "unas 435.000 entradas".

Según una encuesta realizada por Ifop-Fiducial a finales de enero sobre el bienestar animal, un 77% de franceses apoya en cambio prohibir las corridas, un porcentaje que progresó desde el 50% registrado en septiembre de 2007.

- "Creciente déficit democrático" -

Su prohibición es un asunto explosivo como muestran las manifestaciones a favor y en contra registradas el sábado y el debate inicial en la comisión parlamentaria de Leyes, que se saldó hace una semana con un revés para la iniciativa de Caron.

Este plasmó la división en el seno de cada bloque. En la oposición de izquierda, LFI y ecologistas apoyan la abolición, pero sus aliados socialistas y comunistas están divididos, como el oficialismo. La oposición de derecha y ultraderecha tampoco es monolítica.

Aunque durante el debate, los grupos expresaron su apego al bienestar animal, los opuestos a la medida alertaron de un atentado contra la identidad de las regiones y cargaron contra la "radicalidad" de Caron, reputado activista animalista.

"Del árbol de Navidad a la caza, del asado entre amigos al sueño infantil de ser aviador, no queremos prohibir", escribieron unos 200 políticos, entre ellos el exministro de Interior Christophe Castaner, en una tribuna en el diario Le Journal du Dimanche, contra el "ecototalitarismo".

Las críticas al diputado también se plasman en las enmiendas. El diputado Yoann Gillet (ultraderecha) propuso así cambiar el título por: "Imponer la ideología de los comedores de semillas a los habitantes del sur de Francia", antes de retirarlo.

Para el investigador en economía del bienestar animal Romain Espinosa, "más que nunca, la condición animal muestra hoy un creciente déficit democrático", que también se extendería a la limitación de la ganadería intensiva y la caza.

En una tribuna en el diario Le Monde, el experto del centro público CNRS apunta varias pistas sobre la distancia con la opinión pública, entre ellas cálculos electoralistas o el peso y organización de los grupos favorables a estas prácticas.