Bajo críticas, primera ministra británica Truss afirma que no es alguien que abandona

La primera ministra de Gran Bretaña, Liz Truss, sale del número 10 de Downing Street en el centro de Londres el 19 de octubre de 2022 para participar en las preguntas del primer ministro (PMQ) en la Cámara de los Comunes. Truss se dirige a los legisladores en el parlamento por primera vez desde que abandonó sus desastrosas políticas económicas de reducción de impuestos, mientras lucha por su vida política.
Ben Stansall / AFP

La primera ministra de Gran Bretaña, Liz Truss, sale del número 10 de Downing Street en el centro de Londres el 19 de octubre de 2022 para participar en las preguntas del primer ministro (PMQ) en la Cámara de los Comunes. Truss se dirige a los legisladores en el parlamento por primera vez desde que abandonó sus desastrosas políticas económicas de reducción de impuestos, mientras lucha por su vida política. Ben Stansall / AFP

La primera ministra británica Liz Truss se defendió este miércoles en el Parlamento ante una ola de críticas tras el humillante abandono de su plan económico afirmando que es "una luchadora, no alguien que abandona".

Truss está en la cuerda floja, rechazada por la opinión pública y cuestionada dentro de su propio Partido Conservador tras seis semanas en el poder.

Hasta ahora había mantenido un silencio solamente roto por una entrevista a la BBC por lo que la sesión en el Parlamento de este miércoles es vista como una prueba mayor tras haber renunciado a casi la totalidad de las medidas que componían su plan económico.

El líder de los laboristas Keir Starmer, la cuestionó preguntando al Parlamento: ¿De qué sirve un primer ministro cuyas promesas no puede cumplir ni una semana?".

Starmer se mofó de la primera ministra entonando el cántico "¡Fuera, fuera!", que fue coreado por sus correligionarios. "¿Por qué sigue aquí?", concluyó el líder de la oposición.

Truss respondió desafiante ante los abucheos: "Soy una luchadora, no alguien que abandona". Después insistió: "Estoy dispuesta a tomar decisiones difíciles".

La crisis remonta a la presentación a fines de septiembre de un paquete de medidas económicas de su ministro de Finanzas de entonces, Kwasi Kwarteng, constituido de recortes de impuestos masivos y un colosal apoyo a las facturas energéticas, dos cuestiones que hicieron temer un descalabro en las cuentas públicas.

La libra cayó a su nivel más bajo histórico y los rendimientos de los bonos de Estado a largo plazo se habían disparado. El Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para impedir que la situación no degenerara en una crisis financiera.

Nombrado a las prisas el viernes, Jeremy Hunt anunció el lunes la marcha atrás de la casi totalidad de los recortes de impuestos presentados por su predecesor, lo que dio la impresión de que ahora el poder está más bien en sus manos y no en las de la jefa de gobierno.

- Se acelera la inflación -

En un momento en que la inflación se aceleró en septiembre a 10,1% interanual, su nivel más alto en 40 años, la primera ministra busco cesar los rumores de que no va a ajustar las jubilaciones al alza de los precios.

"Este gobierno da la prioridad a los más vulnerables al mismo tiempo que aporta estabilidad económica y conduce hacia un crecimiento a largo plazo deseado por todos", quiso garantizar este miércoles por la mañana Hunt, al reaccionar a la cifra de la inflación.

Hunt advirtió, sin embargo, que será necesario realizar ahorros en el gasto público.

Pese a que la situación política sigue siendo caótica, los mercados se mostraron más tranquilos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó el regreso a la "disciplina presupuestaria", en un momento en que acecha la recesión.

Pero muchos temen un regreso a la austeridad, como fue el caso durante la crisis financiera de 2008, que dio lugar a recortes drásticos en el presupuesto público y a un aumento del desempleo.

Pero, ¿está aún a tiempo Truss para enderezar la situación? Según un sondeo de YouGov, sólo uno de cada diez británicos y uno de cada cinco electores del Partido Conservador tiene una opinión favorable de Liz Truss. Y el 55% de los miembros del partido mayoritario estiman que tendría que renunciar, mientras que el 38% quieren que continúe en su cargo.

A dos años de las próximas elecciones parlamentarias, la oposición laborista aventaja claramente a los conservadores en los sondeos.

Cinco diputados de su partido ya la exhortaron públicamente a Truss para que deje el cargo, pero a falta de un sucesor claro, los conservadores son reticentes a lanzarse en un nuevo y desgastante proceso para designar un líder y buscan un consenso sobre una persona, aunque parecen lejos de lograrlo.

"Yo no creo realmente que lanzarnos en una nueva campaña, deshaciéndonos otro primer ministro, vaya a convencer a los británicos que pensamos en ellos, más que en nosotros, ni va a convencer a los mercados de quedarse tranquilos", advirtió el miércoles el ministro de Relaciones Exteriores, James Cleverly, a la cadena Sky News.

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