Rusia y China se desmarcan de las condenas en la ONU al misil norcoreano
Rusia y China se desmarcaron este miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU de una condena generalizada al último ensayo con un misil balístico llevado a cabo por Corea del Norte, un proyectil que por primera vez desde 2017 sobrevoló el territorio de Japón.
Salvo Rusia y China, todos los miembros del Consejo de Seguridad criticaron el lanzamiento norcoreano y recordaron que viola varias resoluciones de Naciones Unidas, con un buen número de ellos pidiendo medidas adicionales contra el Gobierno de Pionyang, que ya tiene impuestas duras sanciones internacionales.
Esas nuevas sanciones, sin embargo, parecen ahora mismo imposibles dada la postura de Rusia y China, que el pasado mayo ya vetaron una resolución con ese fin, y que este miércoles se mantuvieron en una línea similar.
Tanto Moscú como Pekín culparon a Estados Unidos y sus aliados de los últimos ensayos armamentísticos norcoreanos, asegurando que se llevaron a cabo en respuesta a sus maniobras militares en la región.
"Es obvio que los lanzamientos de misiles por parte de Pionyang son consecuencia de la miope y beligerante actividad militar en torno al país llevada a cabo por Estados Unidos", señaló la representante rusa en la sesión, Anna Evstigneeva.
En la misma línea, el diplomático chino Geng Shuang recalcó que los ensayos tienen lugar en un contexto de confrontación con Estados Unidos, a quien Pekín acusa de elevar la tensión en la región.
Los dos países insistieron en que es Washington quien debe hacer concesiones para facilitar una vuelta al diálogo con Pionyang y en que no ven apropiadas nuevas sanciones.
Del otro lado, la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, acusó a Rusia y China de repetir una y otra vez el "mito de que las provocaciones de Corea del Norte son de alguna forma una consecuencia de políticas y acciones hostiles de EE.UU.".
"No toleraremos que ningún país culpe a nuestras acciones defensivas para responder a las amenazas de Corea del Norte como la causa inherente de esas amenazas", insistió Thomas-Greenfield, que recordó que en lo que va de año Pionyang ha lanzado 39 misiles balísticos, un nuevo récord.
Estados Unidos consideró que es fundamental que el Consejo de Seguridad responda con unidad a las provocaciones norcoreanas con una clara denuncia de estos actos "ilegales", pero también actualizando las sanciones y tomando medidas para evitar la evasión de estos castigos.
Washington propuso al resto de países una declaración para condenar el último ensayo y muchos miembros del Consejo le expresaron su apoyo, pero dado que su aprobación requiere unanimidad, parece imposible que vaya a salir adelante.
Tanto Japón como Corea del Sur, que intervinieron como invitados en la reunión, advirtieron que la falta de medidas por parte del Consejo de Seguridad -como consecuencia del veto ruso y chino- ha animado a Pionyang a ir más allá y aumentar sus pruebas de armamento.
Por ello, pidieron al máximo órgano de decisión de la ONU que actúe para hacer respetar sus propias decisiones -que Corea del Norte está violando- y para restablecer su credibilidad.