Cubanos protestan por apagones que llevan días sin solución
Cientos de cubanos salieron a las calles en varios lugares de La Habana la noche del jueves para exigir a las autoridades el restablecimiento del servicio eléctrico que el viernes seguía cortado en muchos hogares, tras un apagón total del sistema energético nacional ocasionado por el paso del ciclón Ian.
Los vecinos golpearon cacerolas y cucharas al grito de “Queremos luz” en al menos cinco puntos de la capital, constató The Associated Press. Internet fue cortado y la telefonía celular era limitada. En un recorrido el viernes por las zonas de las protestas no se observó gente aglomerada, pero la tensión era notable entre los vecinos.
“¿Qué situación está pasando este país? Soy cubano, soy revolucionario, pero no entiendo”, señaló a The Associated Press Valentín Gómez, un albañil de 51 años. “Ellos que mandan aquí no están dando el frente (la cara)”.
Gómez explicó que no veía una solución de las autoridades al corte de luz, mientras el tiempo pasaba y sus alimentos se descomponían en la nevera.
Estas protestas son las primeras desde julio de 2021, cuando miles salieron a las calles debido a los apagones y en reclamo por el desabastecimiento de bien básicos agudizado por la pandemia y las sanciones de Estados Unidos.
Ian, un monstruoso huracán que atravesó Cuba por el occidente, dejó tres muertos y una suma todavía no cuantificada de daños materiales al tiempo que provocó una avería eléctrica que -por primera vez desde que se tenga memoria- dejó a la isla completamente a oscuras.
La Unión Eléctrica informó que el sistema energético nacional ya está interconectado, pero que hay afectaciones del huracán a la infraestructura -postes, tendido eléctrico, transformadores- que tardarán en ser reparados. El jueves se informó que sólo el 10% de la población de la capital contaba con energía.
“Esta es una protesta pacífica, queremos que nos pongan la luz y el agua. ¡Qué es esto, las personas han perdido su comida, la única comida que hay!”, se quejó Natali Manso de 21 años y madre de una niña de meses durante una manifestación que se extendió hasta la madrugada del viernes en Bacuranao Campo, en las afueras de la capital.
Escenas más o menos similares se vivieron en tres lugares del Municipio Cerro. En otros lugares se hicieron sentir cacerolas más aisladas como en Cojimar.
Grupos que monitorean el acceso a internet confirmaron a AP la interrupción del servicio.
“Podemos confirmar el apagón casi total de internet en Cuba”, dijo Alp Toker, director de Netblocks, una firma con sede en Londres. “Creemos que es probable que el incidente tenga un impacto significativo en el libre flujo de información en medio de las protestas”, añadió.
Doug Madory, director de análisis de internet para la empresa de gestión de redes Kentik, describió lo ocurrido como un “apagón total” que comenzó a las 00:30 GMT y que regresó paulatinamente más de seis horas después.
En los lugares donde hubo protestas se verificó una fuerte presencia policial durante la noche del jueves, pero el viernes los efectivos habían sido retirados. En una calle los uniformados hicieron un cordón para impedir el paso de vehículos y transeúntes que no fueran locales.
Durante los reclamos no hubo actos de violencia o vandalismo, aunque vecinos indicaron que hubo arrestos por parte de la policía.
La embajada de Estados Unidos en la capital publicó en sus redes sociales su solidaridad con las protestas y demandó que el gobierno “respete los derechos constitucionales de sus ciudadanos a reunirse pacíficamente”.
Expertos aseguraron que Cuba debe lidiar ahora con la vulnerabilidad de su sector energético y las dificultades de generación que ya traía por la falta de mantenimiento y recursos para modernizarlo.
“El problema estructural con el sector eléctrico cubano ya existía antes del huracán. Podrán tomar medidas que mejoren su comportamiento a corto plazo… pero el salidero en la caldera volverá a producirse una vez más, tarde o temprano. No hay solución a corto plazo”, dijo a la AP Jorge Piñon, director del Programa de Energía y Medio Ambiente de América Latina y el Caribe de la Universidad de Texas. “A largo plazo… mucho dinero”.