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Spider-Man cumple 60 años con un atractivo diverso

Spider-Man

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El gusto por Spider-Man está en la sangre de Tyler Scott Hoover, pero no porque haya sido picado por un arácnido radioactivo. Su padre coleccionaba cómics de Marvel con el personaje desde la década de 1970.

“Me heredó un montón de comics”, dijo Hoover, de 32 años, de Glen Burnie, Maryland. “Eso lo hizo casi como una religión. Habría sido difícil que yo no me volviera fan de Spider-Man”.

Spider-Man, que cumple este mes 60 años en el vasto e imaginativo mundo de los cómics, el cine y mercancía, cuenta con legiones de seguidores. Entre esos fans están los devotos como Hoover, quien se disfraza profesionalmente del Hombre Araña y cuyos rasgos se parecen al “canon” clásico del personaje. Sin embargo, en los universos cinematográficos y los comics, un Spider-Man negro es ahora una realidad.

Hoover es birracial — con ancestros negros y blancos — y mide 1,87 metros (6 pies y 2 pulgadas). La historia de su gusto por el personaje ilustra un punto importante sobre el trepador de paredes de Nueva York favorito: su atractivo trascendió hace mucho su representación original de un adolescente blanco, poco imponente y huérfano.

El traje clásico de Spider-Man, completo con su máscara con grandes ojos y estampado de telaraña, es un ingrediente clave para el atractivo del personaje más allá de raza, género y nacionalidad. Casi cualquier persona puede imaginarse tras ella interpretando al personaje, un sabelotodo subestimado que tras ponerse rápidamente ese traje entallado se convierte en una potencia para el bien.

“Con el pasar de los años, lento pero seguro, veía lo fácil que era identificarse con el personaje”, dijo Hoover. “Él tenía que resolver sus problemas mientras mantenía una identidad secreta y hacía el bien para la gente. Ese tipo de rectitud moral es poderosa, especialmente para una mente impresionable”.

Lo más importante, dijo Hoover, es la lucha de Spider-Man por proteger su ciudad natal lo que lo hace más creíble que otros superhéroes cuyos orígenes incluyen riqueza e influencia. No es una casualidad, seguro, que él se refiera a sí mismo como “tu vecino amigable Spider-Man”.

Creado por el fallecido Stan Lee y Steve Ditko, Spider-Man apareció en los cómics en junio de 1962, aunque la fecha oficial de su debut es el 10 de agosto de ese mismo año, en Amazing Fantasy #15 de Marvel. Peter Parker, un estudiante de bachillerato, es picado por una araña modificada por un experimento científico, lo que le lleva a desarrollar una fortaleza sobrehumana, la habilidad para trepar por superficies y colgar de su resistente tela de araña, además de tener reflejos rápidos ayudados por la capacidad de detectar y anticipar el peligro.

Pero en su travesía para convertirse en superhéroe, Parker no logra detener a un ladrón que mata a su tío Ben, dejando viuda a la tía que lo adoptó. El personaje busca honrar entonces las palabras al final de ese primer número, atribuidas después a su tío: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

Los superhéroes racial y culturalmente diversos, generalmente ausentes de la escena masiva de los comics durante sus primeras décadas, comenzaron a emerger en los años siguientes al debut de Spider-Man, particularmente en Marvel.

En 1996 Black Panther, también conocido como príncipe T’Challa de la nación africana ficticia de Wakanda, se convirtió en el primer superhéroe negro de Marvel. En la década de 1970 debutaron personajes como Storm, la diosa mutante famosa por ser miembro de X-Men; Luke Cage, un residente de Harlem exconvicto con una fuerza sobrehumana y una piel casi impenetrable; Shang-Chi, maestro de las artes marciales y uno de los primeros superhéroes asiáticos, y Red Wolf, arquero experto y primer superhéroe indígena estadounidense.

“A veces cuando pensamos en los superhéroes pensamos en multimillonarios con trajes, científicos brillantes o dioses nórdicos”, dijo Angélique Roché, presentadora del podcast “Marvel’s Voices” y coautora del libro próximo a publicarse “My Super Hero Is Black”.

Spider-Man cambió la idea de humanos principalmente privilegiados usando su riqueza y su poder para convertirse en héroes, dijo Roché. Las representaciones de Spider-Man, en los comics y en el cine, han aparecido en múltiples universos, o el llamado “Universo Spider-Man”. Miles Morales, un adolescente afrolatino, es Spider-Man y se ha vuelto muy popular protagonizando su propia película animada. Cindy Moon, una chica estadounidense de ascendencia coreana conocida como Silk, fue picada por la misma araña que Peter Parker.

“Como Spider-Man significa tanto para nosotros, deberíamos estar siempre abiertos a las posibilidades”, dijo Roché. “Siempre debemos esperar y creer que nunca habrá escasez de personas que quieran luchar por lo que es correcto”.

En julio, Spider-Man fue incorporado al Salón de la Fama de la Comic-Con durante la convención anual en San Diego. El salón donde se hizo la ceremonia se llenó de fans con trajes del superhéroe en sus múltiples versiones.

Por la máscara, Spider-Man ha sido una elección segura para aquellos que se disfrazan (llamados en inglés “cosplayers”) con la esperanza de evitar a los puristas acérrimos, o aquellos que critican a otros por desviarse de las representaciones canonizadas de los superhéroes.

Pero el "cosplay" no necesita apegarse a las reglas, dice Andrew Liptak, un historiador y autor del libro sobre este arte “Cosplay, a History: The Builders, Fans, and Makers Who Bring Your Favorite Stories to Life”.

“Al final de cuentas se trata de tu relación con el personaje”, dijo. “Literalmente llevas puesta tu admiración como fan en tus mangas”.

Liptak también señaló que es injusto esperar que los fans de color se vistan sólo como los superhéroes cuya apariencia o color de piel es igual a la suya.

En la más reciente película de Spider-Man, “No Way Home” (“Sin camino a casa”), Electro, el villano interpretado por el actor ganador del Oscar Jamie Foxx, bromea con el Spider-Man de Andrew Garfield que le sorprende que Spider-Man no sea negro. Más allá de si esto abre la puerta a un Spider-Man negro en futuras películas, Hoover dice que Spider-Man no debería nunca encasillarse en una sola apariencia.

“Podrías tener a aquellos que argumentan que si cambias a Spider-Man para que sea negro, entonces puedes cambiar a T’Challa para que sea blanco”, dijo Hoover. “Spider-Man nunca estuvo realmente definido por su etnicidad, sino más bien en por su estatus social y las luchas que tuvo que pasar. Eso es algo que lo hace aún más cercano para la gente de color y de distintos orígenes étnicos, porque hay mucha lucha involucrada en la vida en la que tienes que perseverar”.