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Ver la historia en portadas de revistas, una muestra cultural del rostro humano

Las portadas de las revistas dan un primer plano de las diferentes maneras de mostrar el paso del tiempo y las temáticas que impactaron en cada país y cultura

Fotografía cedida que muestra a Juan Cantafio mientras posa con la colección de portadas de revistas. EFE

Fotografía cedida que muestra a Juan Cantafio mientras posa con la colección de portadas de revistas. EFE

Interpretar parte de la historia contemporánea a través de casi 650 portadas de revistas de todo el mundo donde predomina el rostro humano es una de las propuestas de “Faces”: una muestra cultural antropológica que recorre en Buenos Aires distintas épocas con un mensaje casi nostálgico que invita a repensar la era en la que vivimos.

Las revistas están distribuidas en los cuatro pisos de la Sala Vertical del Centro Cultural San Martín de la capital argentina, enmarcadas como obras de arte que buscan interpelar a quien las mire. Un primer plano de las diferentes maneras de mostrar el paso del tiempo y las temáticas que impactaron en cada país y cultura.

Su dueño y curador, Juan Cantafio, le dijo a Efe que los visitantes deben ver las portadas como si se tratara de un espejo. “La idea es reconocernos y dialogar con nosotros mismos a través de las imágenes de otros”, agregó.

Las expresiones, el rictus de la boca y los títulos llamativos impiden desviar la mirada. Develar qué sucedía en los periodos de esas imágenes impresas es parte del ritual de la muestra. Las portadas atraviesan cien años de humanidad y es una pequeña parte de una colección privada de 400.000 ejemplares, la más grande de Latinoamérica.

Una travesía que interpela al público a un nivel personal. Cada personaje tiene algo para decir con caras encriptadas y otras más evidentes. Sin embargo la exposición se aprovecha de la adicción a encontrar significado a cada aspecto que aparece.

Es solo una pequeña parte de la colección completa llamada “Arte de Tapa". Cantafio juntó durante 52 años y por sus propios medios cada ejemplar de revistas nacionales e internacionales, que atraviesan más de 50 géneros periodísticos.

“Esta muestra de tapas reales es una selección de 1920 al 2020 con el objetivo de llamar la atención de la gente e invitarla a reflexionar como hemos mostrado a las personas a través del arte gráfico editorial”, indicó.

Tesoros icónicos

La galería está dividida en 28 segmentos que dejan a la libre interpretación del espectador temas como la moda, la política y lo social ante las distintas maneras de representar el rostro humano.

Ciertas joyas resaltan ante los reflectores del Centro Cultural tapas que por su contexto o estética revelan contrastes únicos y se convirtieron en símbolos del pasado o el presente como Sharbat Gula, la “niña afgana” de la revista National Geographic.

La foto, tomada por el fotógrafo Steve McCurry en 1984 durante la guerra de Afganistán, es una crítica a la situación de los refugiados y los conflictos armados.

Además, se encuentra la edición canadiense en francés de la publicación Photo por los 30 años de la muerte de Ernesto “Che” Guevara y cuenta con el famoso retrato de Alberto Korda, el “Guerrillero Heroico”, que hoy día redecora las banderas y camisetas de los movimientos sociales de izquierda del mundo.

En el plano nacional se destacan los perfiles de la leyenda del fútbol Diego Maradona, en un paralelismo de cómo los medios de comunicación locales cubrieron su gloria y caída. Así como un tributo al cantautor argentino Gustavo Cerati.

Patrimonio cultural

El curador cuidó con perfecto celo cada ejemplar desde que tenía ocho años. Un abuelo analfabeto, que atesoraba el deseo de leer de su nieto, fue quien le regaló su primer “Anteojito”, una revista que fue considerada la enciclopedia de todo niño argentino durante décadas.

“Descubrí su amor por mí cuándo me enteré de que iba a trabajar solo para que yo tuviera algo para leer por fuera de la escuela”, rememoró Cantafio.

Con el tiempo decidió transformar su patrimonio en algo académico, más aún cuando el papel como método de información está en peligro de extinción.

“Tengo la ilusión de poder crear el museo de las revistas. Alojaría de manera totalmente desprendida toda mi colección para que cualquier interesado pueda consultar el material con muestras permanentes e itinerantes”, expresó.