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Aumenta los números de víctimas por los misiles

La situación sigue siendo dramática en Mariúpol, pese a que por primera vez en días, unos 210 vehículos pudieron salir a través de un corredor humanitario.

Un edificio de apartamentos se ve destruido por ataques en Járkiv, Ucrania, el domingo 13 de marzo de 2022. AFP/

Un edificio de apartamentos se ve destruido por ataques en Járkiv, Ucrania, el domingo 13 de marzo de 2022. AFP/

La guerra en Ucrania se­guía sumando víctimas es­te lunes, con la caída de un misil en Donetsk y ataques a varias ciudades en me­dio de la esperanza de un acuerdo en una nueva ron­da de conversaciones ruso-ucranianas.

Más de 2,8 millones de personas ya han huido de Ucrania, según cifras del lunes, día en que el Kre­mlin no descartó “tomar el control total” de las princi­pales ciudades que ya es­tán rodeadas, lo que im­plicaría una gran ofensiva militar.

Estos últimos días, los combates se intensifica­ron en las proximidades de la capital, “una ciudad en estado de sitio”, según el consejero del presidente ucraniano.

La madrugada de ayer lunes un edificio de ocho pisos del barrio de Obo­lon, en el norte de Kiev, fue blanco de “un disparo de artillería”, y causó un muerto y 12 heridos. Más tarde, un bombardeo en otro barrio causó otro fa­llecido.

Y en Járkov, al menos dos personas murieron en otro asalto ruso, según la fiscalía regional, que infor­mó también de otro falleci­do en Chugúyev, a 40 km.

En Donetsk, los separa­tistas prorrusos apoyados por Moscú, que controlan la ciudad desde 2014, di­jeron que un ataque ucra­niano contra el centro de la ciudad dejó al menos 16 muertos, según el “ministe­rio” de salud local, o 23, se­gún el Comité de Investiga­ción ruso.

Los separatistas publica­ron fotos de cuerpos ensan­grentados en una calle lle­na de escombros. El ejército ucraniano negó rotunda­mente haber disparado un misil contra Donetsk.

inseguridad En Dnipró, gran urbe in­dustrial al oeste y hasta ahora considerada un re­fugio para los civiles pro­cedentes de Járkov o Zapo­riyia, las sirenas de alarma retumbaron durante cinco horas, por primera vez des­de el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero.

Finalmente no cayeron proyectiles, pero “ya no hay ningún lugar seguro”, dijo a la AFP Yilena, de 38 años.

Rusia también está refor­zando su control sobre el sur, según el Ministerio de De­fensa británico, que indicó que las fuerzas navales rusas habían “establecido un blo­queo a distancia de la costa ucraniana del Mar Negro”.

La situación sigue siendo dramática en Mariúpol, una estratégica ciudad portua­ria asediada por los rusos, pese a que por primera vez en días, unos 210 vehículos pudieron salir a través de un corredor humanitario.

Otro convoy, en este caso de ayuda humanitaria, que lleva días intentando entrar en la ciudad, fue de nuevo bloqueado este lunes por los soldados rusos, también en Berdiansk, a 85 km de Mariúpol, según las autori­dades ucranianas.

Miles de habitantes viven en sótanos, sin agua, electri­cidad ni calefacción.

SEPA MÁS Sin avances. La más reciente ronda de negociaciones de al­to nivel, la cuarta, fue la primera en una semana. Las pláticas, realizadas por videoconferencia, concluyeron sin avances significativos después de varias horas, y un co­laborador del presiden­te ucraniano Volodymyr Zelenskyy señaló que los negociadores tomaron una “pausa técnica” y planeaban reunirse nue­vamente el martes.

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