Difícil que Talibán pueda hablar ante Asamblea General
El Talibán ha impugnado las credenciales del embajador del gobierno previo de Afganistán.
El nuevo régimen del Talibán libra una difícil batalla en su intento para conseguir el reconocimiento internacional a tiempo para dirigirse ante otros dignatarios en las Naciones Unidas este año.
El Talibán ha impugnado las credenciales del embajador del gobierno previo de Afganistán y solicitó hablar ante la Asamblea General, la reunión de alto nivel de líderes mundiales que comenzó esta semana, según una carta que envió a Naciones Unidas.
La decisión ahora está en manos de un comité de Naciones Unidas que por lo general se reúne en noviembre y emitirá un fallo “en su debido momento”, dijo el miércoles una portavoz de la Asamblea General.
Funcionarios de la ONU enfrentan este dilema poco más de un mes después que el Talibán —al que Estados Unidos y sus aliados expulsaron de Afganistán después de los atentados del 11 de septiembre de 2001— recuperó el poder luego de tomar el control del territorio a velocidad asombrosa mientras las fuerzas estadounidenses se preparaban para retirarse del país a finales de agosto. El gobierno apoyado por Occidente colapsó el 15 de agosto.
En casos de disputa sobre alguna representación ante Naciones Unidas, los nueve integrantes de la Comisión de Verificación de Poderes deben tomar una decisión. Las cartas del actual embajador de Afganistán ante la ONU, Ghulam Isaczai, quien representa al gobierno anterior, y la del canciller talibán Khan Muttaqi, están ante el comité, señaló la portavoz de la asamblea Monica Grayley.
“Sólo el comité puede decidir cuándo reunirse”, señaló Grayley.
La comisión está integrada por Estados Unidos, Rusia, China, Bahamas, Bután, Chile, Namibia, Sierra Leona y Suecia.
Afganistán está programado para el discurso final del último día de la reunión el 27 de septiembre, y si para entonces no se emite una decisión, Isaczai, sería el que pronunciara el discurso.
Cuando el Talibán gobernó por última vez, de 1996 a 2001, la ONU se negó a reconocer su gobierno y en lugar de ello le dio el lugar de Afganistán al gobierno anterior, dominado por líderes militares, del presidente Burhanuddin Rabbani, quien fue asesinado por un atacante suicida en 2011. Fue el gobierno de Rabbani el que llevó a Osama bin Laden, el autor intelectual de los atentados del 11-S, a Afganistán desde Sudán en 1996.
El Talibán ha dicho que quiere el reconocimiento internacional y ayuda financiera para reconstruir al país azotado por la guerra. Pero la composición del nuevo gobierno representa un dilema para las Naciones Unidas. Varios de los ministros interinos, incluido Muttaqi, están en la llamada lista negra de la ONU de terroristas internacionales y financiadores del terrorismo.
Los miembros de la Comisión de Verificación de Poderes también podrían utilizar el reconocimiento del Talibán como una ventaja para presionar por un gobierno más inclusivo que garantice derechos humanos, sobre todo para las niñas, a las que se les prohibió asistir a la escuela durante su mandato anterior y para las mujeres, quienes no podían trabajar.
El Talibán indicó que nominaba a Mohammad Suahail Shaheen como nuevo representante permanente ante Naciones Unidas, anunció el portavoz de la ONU. Shaheen ha sido vocero del Talibán durante las negociaciones de paz en Qatar.