La vulnerabilidad de los niños en los conflictos, agravada por la COVID-19, supone una "infancia robada"

KIM Won Jin / AFP

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Más de 19.300 niños fueron víctimas durante 2020 de uno o más crímenes graves contra ellos en los conflictos en todo el mundo, en un contexto de vulnerabilidad que se ha visto agravado por la pandemia del coronavirus , y que supones para ellos una "infancia robada y un futuro por reparar".

Así lo concluye el Informe Anual del Secretario General sobre los Niños y los Conflictos Armados (CAAC) de la ONU, que detalla que el número total de violaciones graves sigue siendo "alarmantemente alto", en total 26.425.

A lo largo de las 2020, los crímenes más frecuentes fueron el reclutamiento y la utilización de menores y el asesinato y la mutilación de niños, seguidos de cerca por la denegación de acceso humanitario y el secuestro de niños.

Más de 8.400 niños fueron asesinados o mutilados en las guerras en curso --Afganistán, Siria, Yemen y Somalia son los países con mayor número de víctimas infantiles--, y cerca de 7.000 niños fueron reclutados --la mayoría en República Democrática del Congo (RDC), Somalia, Siria y Birmania--.

Además, en 2020, uno de cada cuatro niños víctimas de crímenes graves eran niñas, afectadas sobre todo por las violaciones y otras formas de violencia sexual.

Somalia, RDC, Afganistán y Siria siguen siendo los países en los que las situaciones de conflicto más han afectado a los niños y suponen el 60 por ciento de todas los crímenes verificados en 2020 que afectaron a ambos sexos, con un creciente número de ataques contra escuelas.

PANDEMIA Y MENORES VÍCTIMAS

El impacto de la crisis sanitaria ha supuesto un aumento de niños en situaciones de conflicto armado y ha dificultado los esfuerzos de Naciones Unidas para llegar a los más necesitados, además de aumentar la vulnerabilidad de los niños al secuestro, el reclutamiento y la utilización, la violencia sexual y los ataques a escuelas y hospitales.

Además, las medidas impuestas para hacer frente a la pandemia, como los aislamientos, han complicado el trabajo de los observadores y expertos de Naciones Unidas en materia de protección de la infancia, como se detalla en un estudio de la oficina del representante especial del secretario general de la ONU, António Guterres, para la cuestión de los niños y los conflictos armados publicado en mayo de 2021.

En este sentido, "las guerras de los adultos han vuelto a arrebatar la infancia a millones de niños y niñas en 2020", ha lamentado la representante especial de la CAAC, Virgina Gamba, algo que es "completamente devastador para ellos, pero también para las comunidades enteras en las que viven, y destruye las posibilidades de una paz sostenible".

Gamba ha instado a "trabajar colectivamente para reconstruir el futuro de estos niños" y para poner fin y prevenir los crímenes graves contra ellos, así como apoyar "su reintegración sostenible y la construcción de un futuro libre de conflictos para todos".

Al respecto, la CAAC ha hecho referencia a los "avances tangibles" en los diálogos con las partes en conflicto en Afganistán, República Centroafricana, Nigeria, Filipinas, Sudán del Sur y Siria, países en los que se han asumido más de 35 nuevos compromisos para proteger mejor a los niños en 2020.

En 2020, 12.643 niños fueron liberados por grupos y fuerzas armadas y muchos más niños se libraron de ser reclutados gracias a la aplicación de procesos de comprobación de la edad en situaciones en las que Naciones Unidas tiene planes de acción con los gobiernos para detener el reclutamiento y la utilización de niños.

"Debemos asegurar los recursos de protección de la infancia y aumentarlos si queremos llegar a más niños y prevenir las violaciones contra ellos", ha concluido Gamba.