Músico hace de detective y ayuda a resolver una desaparición
A Chris Lambert le encantaría volver a la música, pero no puede dejar de pensar en el fantasma que lo acosa desde hace casi 25 años.
Un cartel a la vera de una carretera de California lo alejó de su carrera musical hace tres años y lo empujó a crear un podcast acerca de la desaparición de una estudiante universitaria, Kristin Smart, en 1996. De repente, su vida empezó a girar en torno a ese caso no resuelto.
“No puedo dejar de pensar en el asunto por más de unos pocos días”, expresó Lambert, un cantautor que toca varios instrumentos y ha lanzado varios discos. “Me siento atraído de nuevo. Me gusta resolver las cosas”.
Fue un giro inesperado para alguien que se describe como tímido, “un chico cualquiera con barba”, pero ha dado resultados que él jamás imaginó.
El martes, el sheriff del condado de San Luis Obispo Ian Parkinson anunció arrestos y dijo que Lambert había conseguido testigos valiosos con su trabajo.
Paul Flores, de 44 años y de quien siempre se había sospechado, fue acusado de asesinato por la muerte de la joven de 19 años al intentar violarla en su dormitorio del campus de la Universidad Estatal Politécnica de California en San Luis Obispo, donde estudiaban ambos, según los fiscales. Smart había tomado de más en una fiesta y Flores la acompañó a su casa. Fue la última persona vista con ella.
Su padre, Rubén Flores, de 80 años, fue acusado de complicidad. Las autoridades dijeron que ayudó a su hijo a esconder el cadáver, el cual nunca fue hallado.
El abogado de Paul Flores declinó comentar los cargos. Un abogado de Rubén Flores afirmó que su cliente es inocente.
Lambert está en el candelero tras los arrestos. Su serie de ocho episodios “Your Own Backard” (Tu propio patio) registró 7,5 millones de descargas el jueves y fue el segundo podcast más visto en iTunes. Lambert dice que se siente sobrecogido por los mensajes de aficionados, personas que querían dar pistas y periodistas.
“Me estoy volviendo loco”, comentó. Pero mantuvo la concentración, la paciencia y la compostura durante una entrevista de 45 minutos con la Associated Press el miércoles.
Toda la atención que recibe no le genera dinero. Lambert no tiene publicidad en el podcast, que produce él mismo, pero acepta donaciones.
El suyo es uno de varios podcasts que ayudaron a resolver crímenes.
“Up and Vanished” posibilitó la confesión de un individuo que había matado a una reina de belleza en Georgia. “Serial” ayudó a un asesino convicto a conseguir un nuevo juicio, aunque un tribunal superior anuló esa decisión. “In the Dark” sacó a relucir nuevas evidencias en un caso que los fiscales abandonaron, sin buscar un séptimo juicio de un hombre de Mississippi que pasó décadas en el “corredor de la muerte”, esperando ser ejecutado.
Lambert, de 33 años, tenía apenas ocho cuando Smart desapareció a poca distancia de su casa en la pequeña localidad de Orcut, unos 225 kilómetros (140 millas) al noroeste de Los Ángeles. Lo asustó la idea de que alguien pudiese desaparecer y que nadie supiese lo que sucedió.
Por más de dos décadas, un cartel con una foto de Smart anunció una recompensa de 75.000 para quien ayudase a encontrarla. Estaba en un pueblo cerca de la casa de la madre de Flores en Arroyo Grande.
Lambert pasó muchas veces frente a ese cartel, hasta que un día decidió investigar el asunto.
“Pensé que podía intentar hacer algo, conseguir que la gente hablase”, dijo Lambert. “Solo tenía que superar mi timidez y empezar a llamar a la gente y a hacerles preguntas muy personales”.
Compró equipo para grabar llamadas de alta calidad y empezó a llamar gente. Dio con testigos que habían sido pasados por alto o no querían hablar, que no habían hablado con la policía. Hizo que los que sí habían hablado le contasen lo que habían dicho. Consiguió viejos informes policiales, archivos judiciales y recortes de diarios que hablaban del tema.
Le cayó bien a la gente, que le contó todo lo que sabían, y él alentó a estos testigos a que hablasen con la policía. Los investigadores empezaron a llamarlo a él para que los contactase con la gente con la que había hablado.
“Con su podcast, Chris pidió a todo el país que aportase nueva información”, expresó Parkinson, sin revelar en qué consistían las novedades. “Produjo información que considero valiosa”.
Con una mezcla de entrevistas, un sonido fantasmal creado por Lambert y un relato con su propia voz, cálida y que reboza convicción, el podcast ofrece pistas relevantes y revela las fallas en la investigación que impidieron resolver el caso.
Una antigua colega de la madre de Paul Flores, Susan Flores, le dijo que su esposo le había dicho un día de 1996 que no había dormido la noche previa porque había recibido una llamada en medio de la noche y se había ido en su auto.
“Siempre se especuló que Paul llamó a su padre en plena noche y que su padre fue y lo ayudó a deshacerse del cadáver de Kristin”, expresó Lambert.
Un inquilino que vivió un año en la propiedad de Susan Flores, le dijo que había escuchado la alarma de un reloj todos los días a las 4.20 de la mañana. Smart había trabajado como salvavidas a las 5 de la mañana en una piscina llamada Cal Poly, de modo que es posible que lo que escuchó fuese la alarma del reloj de ella, programado para levantarse a esa temprana hora.
“Ese parece ser el momento de los podcasts que más sacudió a la gente”, dijo Lambert. “Este puede ser un dato que indica que Kristin fue enterrada en el patio o que sus pertenencias fueron enterradas en el patio”.
Susan Flores, quien colgó cuando la llamó la AP, declaró a KSBY-TV en marzo, en la única entrevista que ha dado, que podría demostrar “una cantidad de agujeros en un montón de mentiras” de Lambert.
Sostuvo que Lambert nunca la contactó. Él dice que lo hizo a través de un intermediario y que Susan Flores amenazó con llamar a la policía. Sus esfuerzos por hablar con Paul Flores resultaron también infructuosos.
Lambert habló con un australiano que estudió en Cal Poly que dijo que había visto a Flores y Smart forcejear cerca del sitio donde Smart fue vista por última vez. Lambert afirmó que los investigadores no dieron importancia a ese dato en un primer momento.
Lambert es hoy muy allegado a la familia Smart, que emitió un comunicado en el que elogia sus aptitudes y su “dedicación desinteresada”.
“La mayor parte de mi vida Kristin Smart fue una cara en un cartel”, dijo Lambert en Instagram. “Ahora sé de Kristin la hija, Kristin la hermana mayor, Kristin la amiga, la vecina, la compañera de habitación. La nadadora, la soñadora. Y aprendí que se puede a extrañar una persona que no conociste”.