Coronavirus

Alimentarnos bien en tiempos de covid

Un vendedor ambulante de verduras ofrece sus productos este viernes en Asunción.. EFE/Nathalia Aguilar

¿Cuáles son sus preocupaciones en tiempos de pandemia? Seguramente, lo primero que se le venga a la cabeza sea la salud, la economía, la familia… Sin embargo, hay algo más que preocupa a gran parte de la población: la comida, y no en un sentido de escasez, sino de calidad nutricional.

Porque, tal y como se desvela del informe “Impactos de la pandemia de covid-19 en la seguridad alimentaria y los comportamientos relacionados con la dieta,” publicado en la revista Nutrients, a raíz de un análisis de Google Trends, muchas de las búsquedas de usuarios sobre términos relacionados con el coronavirus y la covid-19 van acompañadas de otras palabras relativas a la alimentación.

“Este estudio demuestra los profundos efectos de la covid-19 en los comportamientos sedentarios en interiores; las preocupaciones globales con los vegetales y nutrientes que estimulan el sistema inmunológico; y la seguridad alimentaria”, explican en el informe, ya que las búsquedas giran, tanto en cómo cuidarse o perder peso en estos tiempos, como para reforzar el sistema inmune con objetivo de combatir el virus.

COVID-19 Y LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA ALIMENTACIÓN.

Así es: la pandemia por la covid-19, además de provocar la crisis sanitaria más grave de nuestro siglo, ha dado lugar también a una seria crisis económica y social a lo largo y ancho del globo que ha repercutido en varios aspectos de la vida diaria, entre ellos, la alimentación.

Si los malos hábitos con la comida y las dificultades para acceder a una nutrición de calidad ya preocupaban a los expertos, ahora pueden haberse agravado. Así se deduce de los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO): 690 millones de personas sufren hambruna en todo el mundo y más de 650 padecen obesidad.

Una desigualdad que puede crecer todavía más conforme lo hace la crisis. Porque, según publica el medio Onda Cero, Rocío Bueno, coordinadora de nutrición del Grupo Hospitalario HLA afirma que “el confinamiento y las medidas de limitación de la movilidad para hacer frente a la pandemia han agravado una situación en la que cada vez está más normalizado el uso de dispositivos electrónicos para entretenernos, lo que reduce considerablemente la actividad física y facilita que haya más publicidad de productos poco saludables”.

Paradójicamente, estos hábitos agravados por las restricciones pueden, a su vez, complicar el diagnóstico de una persona enferma por coronavirus. Algo que explica también la endocrina Mariela Glandt, autora del libro “Cómo comer en los tiempos del COVID-19”, a la BBC.

“Tienen más posibilidades de terminar en las UCI, además de personas de avanzada edad, aquellas con presión alta, enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes”, explica esta doctora.

Por ello uno de sus consejos que aporta es “tomar conciencia de lo que le metemos a nuestro cuerpo… esto de comer azúcar todo el tiempo nos está enfermando”, y señala que “lo más importante en estos tiempos es empezar a comer comida de verdad, comida real”.

NO HAY QUE COMER COMO ANTES… HAY QUE COMER BIEN.

“Ya no comemos como antes… ¡Y menos mal, hija, y menos mal! Que comer mondas de patatas no es lo que más me gustaba”. Así respondía la abuela de Gemma del Caño cada vez que oía eso de que ya no se come como lo hacían nuestros abuelos.

Esta farmacéutica especialista en salud alimentaria es autora del blog Farmagemma (https://farmagemma.naukas.com/ ) con decenas de miles de seguidores en Twitter y un buen lote también en Instagram. Ahora, su libro titulado “Ya no comemos como antes, ¡y menos mal!”, llega para desmentir los bulos de alimentación y dar las claves para una nutrición saludable.

Sobre esto, y dando consejos para cuidar nuestros hábitos dietéticos en tiempos de pandemia, ha hablado con Efe:.

“Hay muchos factores que influyen en que hoy por hoy tengamos una cesta de la compra llena de productos poco saludables, pero durante el confinamiento ocurrió una cosa muy curiosa: cuanto bajó el ritmo de estar de un lado a otro y no tener tiempo para cuidar su alimentación, la gente, al estar en casa volvió a cocinar”.

Sobre esto, añade que “por eso al principio de la pandemia aumentó la venta de legumbres de manera exagerada… Pero, cuando ya estábamos al final de la cuarentena, lo que más había aumentado era la venta de alcohol y snacks”.

Según Gemma, “también aumentaron durante este periodo las ventas de ultraprocesados veganos porque la gente asociaba vegano a cuidarse, y esto no tiene por qué ser así”, advierte, y aclara que “de lo que se trata es de consumir alimentos saludables y no tanto ultraprocesados: lo vegano de verdad no tiene etiquetas”.

¿Sus alimentos estrella en caso de un nuevo confinamiento o de que debamos pasar más tiempo en casa ante la pandemia? “Sin ninguna duda, en caso de confinamiento, creo que los grupos de alimentos claves son: todas las verduras, fruta y legumbres que quieras” dice.

MENOS MITOS Y MÁS LISTAS DE LA COMPRA.

“Queremos comer como nuestros abuelos… Pero en “chic”: en vez de comer unas lentejas, comemos una quínoa”, dice sobre ese afán de comparar nuestra alimentación con la del pasado, e insiste en las legumbres: “los superalimentos son un bulo pero, de existir alguno, serían las legumbres… ¡Lo que pasa es que no tienen nada de marketing!”.

Para ella, el de los superalimentos es uno de los muchos bulos que habría que desterrar, otro de ellos es que “se tiene que acabar la tendencia de la gente a autodiagnosticarse intolerancias a alimentos e ingredientes como el gluten y la lactosa”.

Además, según explica esta farmacéutica, “hay incluso bulos que están “institucionalizados”, es decir, los tenemos tan metidos en nuestra mente que los damos por hecho”, y pone ejemplos: “no como la piel del pollo porque tiene hormonas’; ‘no como carne que tiene antibióticos’; ‘la fruta tiene pesticidas’ y ‘hay que beber dos litros de agua’”.

“Llevamos años desmintiendo estos bulos, porque ni esos alimentos llevan esas cosas, ni tienen por qué ser exactamente dos litros de agua aunque haya que estar hidratados”, dice, y añade otro mito más: “no comas frutas por la noche”.

Otro comportamiento que la gente debe cambiar es “dejar de contar calorías y, en su lugar, mirar los nutrientes de lo que comemos”.

Además, incide en que “hay que quererse un poco y terminar con las dietas basura estrictas con las que nos castigamos a nosotros mismos por saltárnosla un día: el concepto de ‘estar a dieta y sufriendo’ no puede ser, porque lo que realmente hay que hacer es cambiar nuestro estilo de vida a uno equilibrado”.

Del Caño también aclara que se puede llevar una alimentación saludable tanto con carne, sobre la que aconseja “tener un poco más de control”, como sin ella: “se puede vivir perfectamente sin comer carne: tendrías que tomar un suplemento de B12 recetado por un experto, pero con un consumo elevado de frutas y verduras añadir o no la carne es opcional, ya que las proteínas pueden obtenerse de otros alimentos”.

Por último, Gemma también hace hincapié en algunos consejos clave para cuidar nuestra dieta: “frutas, verduras, cereales integrales y legumbres”, dice remarcando de nuevo los alimentos saludables. Y añade otro aspecto fundamental: “es importantísimo ir al supermercado sin hambre y con una lista de la compra”.