El magnate palestino que demandó al Reino Unido por la declaración de 1917

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Guillaume LAVALLÉE. (AFP)Naplusa, Territorios Palestinos

Sentado en un sillón antiguo de su mansión de Cisjordania, inspirada en el Renacimiento, el multimillonario palestino Munib al Masri pregunta a un periodista de la AFP: "¿Puede citarme las 58 palabras de la Declaración de Balfour?

Y él responde: "La Declaración Balfour de 1917 viene a decir que el gobierno británico es favorable al establecimiento en Palestina de un Hogar Nacional para el pueblo judío".

"Pero ha olvidado lo esencial", replica el hombre de 86 años y barba blanca despeinada en el salón de su mansión "Bait al Falestine", la "casa de Palestina", con vistas a las colinas de su ciudad natal: Naplusa.

La declaración "dice que 'Nada puede socavar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías en Palestina", prosigue el empresario, comprometido con la causa palestina desde hace más de medio siglo.

"Esto supondría que no tenemos derechos políticos, que solamente somos 'comunidades no judías' en Palestina. ¿Con qué derecho pudieron los británicos dar lo que no les pertenecía?", protesta, refiriéndose a una declaración considerada un referente importante que favoreció la creación de Israel en 1948.

Masri encabeza un imperio familiar, el conglomerado Edgo, que presta servicios a compañías petroleras del Golfo.

El industrial también cofundó el holding "Palestine Development and Investment Co" (Padico), especializado en el desarrollo de infraestructuras palestinas y con presencia en las telecomunicaciones y las finanzas. Actualmente lo dirige su sobrino Bashar.

Es padre de seis hijos. Con 18 años partió de Palestina para estudiar geología en Estados Unidos. Actualmente vive solo en su palacio.

- Obsesión -

En el centro de la mansión hay un Hércules de mármol. En un salón, una estatua babilónica. En el sótano, un minimuseo de la "memoria palestina" donde el empresario aparece en frescos pintados de la "Nakba" ("Catástrofe" en árabe), término utilizado por los palestinos para describir la creación de Israel, y la "Naksa" ("Recaída"), derrota árabe en la Guerra de los Seis Días (1967).

Este hombre de ojos azules aparece en fotos colgadas en las paredes junto al demócrata estadounidense Joe Biden, Nelson Mandela o Yaser Arafat, el líder histórico de la causa palestina de quien era amigo y que dice haber exfiltrado en 1970 de Jordania a Siria en el maletero de su coche...

El multimillonario (una revista especializada estimó su fortuna en 1.600 millones de dólares en 2006) siempre se ha interesado por la política. En su juventud fue ministro en Jordania y más tarde ministro palestino.

El octogenario, que según parece ha rechazado varias veces el cargo de primer ministro de la Autoridad Palestina, conserva un escaño en el Consejo legislativo palestino, y todavía vive obsesionado con la Declaración de Balfour.

"Recuerdo el día en que el profesor nos habló de la Declaración Balfour y de su significado. Yo tenía ocho años. La leyó e hizo que me entrara en la cabeza. Desde ese día estoy enfadado", dice.

- El "peor" período -

"Hoy en día es el peor período de la historia palestina (...), vivimos en una gran prisión", proclama, refiriéndose a la ocupación israelí de Cisjordania desde 1967, la reciente normalización de las relaciones entre Israel y varios países árabes de la región, las divisiones interpalestinas y la ausencia de "voluntad de los israelíes para compartir el pastel" de la tierra.

Masri sueña con una reconciliación entre el Fatah laico del presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas y los islamistas de Hamas para dar una voz única a los palestinos.

Escribe cartas al presidente estadounidense Donald Trump para oponerse a su plan para Oriente Medio y abogar por una solución de dos Estados, pero lo hace sin demasiadas esperanzas.

En cambio considera al presidente francés Emmanuel Macron como un pacificador en las relaciones israelopalestinas.

El 22 de octubre bajó de la colina para presentar, junto con varias oenegés locales, una denuncia simbólica ante un tribunal palestino, exigiendo que el Reino Unido indemnice a los palestinos por los "daños" infligidos por Lord Balfour, el exministro de Relaciones Exteriores británico cuya declaración le quita el sueño desde hace mucho tiempo.

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