NIGERIA
Seis años después, 112 de las niñas de Chibok siguen en manos de Boko Haram
El 14 de abril de 2014 Boko Haram daba el golpe que le catapultaría a la fama mundial: el secuestro de más de 250 niñas en la escuela secundaria de Chibok, en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria. Desde entonces, 164 de las menores han conseguido regresar con sus familias tras escapar, ser rescatadas o liberadas en virtud de negociaciones, pero seis años después, 112 siguen en manos del grupo que lidera Abubakar Shekau.
El secuestro de las menores, en plena noche mientras dormían en los dormitorios de la escuela, provocó una ola de condenas, no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional y generó un movimiento, #BringBackOurGirls, que se mantiene a día de hoy y que apoya a las familias de las menores que no han tenido la suerte de volver a sus casas.
El presidente de Nigeria, Muhamadu Buhari, ha asegurado en una declaración con motivo del sexto aniversario del secuestro que su caso no es "un asunto olvidado", pero no es así como se sienten las familias que, en un comunicado publicado por #BringBackOurGirls, han denunciado que el mensaje es un simple 'corta y pega' del año anterior "con actualizaciones menores, como la fecha, para engañar a la población".
El mandatario ha indicado que las Fuerzas Armadas mantienen sus operaciones en la región del lago Chad, donde opera principalmente Boko Haram, con la "esperanza de que encontrarán a estas niñas, las rescatarán y las traerán de vuelta a casa, como han hecho con otros miles de rehenes" en manos del grupo terrorista.
Además, ha precisado Buhari, tanto las fuerzas de seguridad como los servicios de Inteligencia están "haciendo muchos esfuerzos mediante canales secretos para traerlas de vuelta a sus familias", al tiempo que ha advertido de que este tipo de gestiones, "tanto formales como informales que implican a diferentes grupos con vínculos con los terroristas", "son muy tediosas y complicadas".
Las divisiones entre los yihadistas lastran la negociación
El presidente nigeriano ha recalcado que la "cuestión de las niñas de Chibok no es una cuestión olvidada" e incluso se ha mostrado "optimista de que los actuales esfuerzos traerán algo positivo", pero para justificar que aún no haya habido resultados seis años después se ha remitido a las divisiones que han surgido en el grupo yihadista.
Shekau juró lealtad a Estado Islámico en 2015 pero un año después, en agosto de 2016, el entonces líder de este grupo, Abú Bakr al Baghdadi, puso al frente de la entonces filial a Abu Musab al Barnaui, hijo del fundador de Boko Haram, Mohamed Yusuf. Aquella decisión provocó 'de facto' la escisión en dos del grupo terrorista, por un lado los hombres leales a Shekau, englobados en lo que se conoce como Boko Haram, y por otro los comandados por Al Barnaui, Estado Islámico en África Occidental (ISWA).
Este segundo grupo llevó a cabo un relevo en su cúpula en marzo de 2019, poniendo al frente a Abú Abdulá Ibn Umar al Barnaui. Sin embargo, en las primeras semanas de 2020 se ha producido un nuevo cambio, en circunstancias un tanto confusas y que habrían pasado por la ejecución del hasta ahora líder. A esto se ha sumado la emergencia en la zona del lago Chad de una nueva facción, supuestamente leal a Shekau, y comandada inicialmente por Malam Bakura, muerto a manos de las fuerzas regionales en marzo.
Según Buhari, "la crisis actual en el liderazgo de Boko Haram, que ha llevado a (la emergencia) de facciones y grupos escindidos, ha generado ciertos desafíos impredecibles al proceso de negociar con los milicianos la liberación" de las niñas de Chibok.
Además, ha asegurado que en sus operaciones contra Boko Haram --en general las autoridades no diferencian entre facciones a la hora de referirse a los yihadistas--, las fuerzas de seguridad han sido "cuidadosas para garantizar la menor pérdida de vidas civiles posibles". "Preferiríamos que las jóvenes que siguen en cautividad fueran liberadas vivas", ha sostenido el mandatario.
El gobierno carece de un plan
Sin embargo, en #BringBackOurGirls no lo ven así. "El motivo por el que la guerra no ha terminado no puede separarse de la ausencia indefendible de un plan integral, efectivo y bien coordinado por el Gobierno", han sostenido, denunciando que los distintos presidentes han ofrecido una "respuesta insuficiente pese a las pérdidas significativas y los desafíos a los que se enfrentan los ciudadanos".
Igualmente, han declarado al Gobierno "culpable" por no garantizar "la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos, lo cual debería ser su principal prioridad" y le han acusado de no haber aprendido de lo ocurrido y de otras tragedias. "Nosotros no estaríamos aquí si el Gobierno tuviera una mayor empatía con sus ciudadanos", han remachado.
Así las cosas, desde el portal de noticias HumAngle, que dirige el periodista Ahmad Salkida --gran conocedor de Boko Haram y que en el pasado ha dado exclusivas sobre el grupo terrorista--, han asegurado este martes con motivo del aniversario que solo 15 de las menores siguen con vida. El resto habrían muerto en bombardeos aéreos del Ejército, por las duras condiciones de vida, al dar a luz o por enfermedades.
Según las fuentes consultadas por este medio, la mayoría de las que siguen vivas han sido casadas con milicianos, lo cual impediría negociar su liberación a menos que se divorcien o mueran sus maridos y no están directamente bajo la custodia de Shekau. La única opción, aseguran las fuentes, es rescatarlas o que sus maridos accedan a liberarlas.
No obstante, según HumAngle, otro destacado miembro de Boko Haram ha apuntado que podría haber otras 15 chicas más con vida, diez de ellas en manos de una célula diferente y cinco que se niegan a marcharse tras haberse acostumbrado a su nueva vida.
Pese a que desde hace dos años ya se ha venido rumoreando que buena parte de las chicas que 'a priori' están secuestradas habrían muerto, ni los yihadistas ni el Gobierno nigeriano han ofrecido información que confirme o desmienta este extremo. Las familias, según explica a este medio Allen Yaga, un activista de Chibok, lo que quieren es que "el Gobierno les diga la verdad, si están vivas o muertas".
"Incluso si las chicas están muertas y les dicen a los padres que ninguna de las niñas de Chibok está viva, está bien. Al menos, pueden seguir adelante con sus vidas, a sabiendas de que sus hijas no van a regresar", subraya igualmente Allen Manessah, otro activista de la zona.