ADULTOS CHINOS
Los adultos mayores de China buscan el amor en los parques
Zhao Lin se había acostumbrado a la vida de soltero, pero sus días y sus noches se volvían solitarias, por lo que decidió que era hora de buscar a su pareja ideal.
Así, Zhao, de 78 años, terminó en el parque.
“He estado buscando durante más de un año”, dijo Zhao, asiduo de uno de las decenas de rincones emergentes para solteros mayores en parques públicos en toda China. Hasta ahora, admite, los resultados han sido decepcionantes.
“Generalmente todo se limita a una conversación”, dijo Zhao, viudo desde 1971, un lamento familiar para los solteros frustrados, sin importar su edad. “No hay una segunda ocasión. Te decepcionan y no hay esperanza. ¿De qué sirve?”.
Tres décadas de crecimiento económico y cambio social han transformado las actitudes respecto del amor y el sexo entre los adultos mayores en China. Cada vez más solteros y asertivos, los ancianos solitarios del país están disponibles.
En los medios chinos, el fenómeno se ha llamado “amor de ocaso”. Los concursantes, ya entrados en años, ahora aparecen de manera constante en programas de citas chinos con nombres como “Florecen las flores del melocotón”, “Viejos amigos emocionantes” y “Tomándose de la mano”. Han surgido salas de chat en línea para los solteros mayores.
Sin embargo, en China, ninguno de estos rincones tiene el mismo atractivo que los parques locales.
En Pekín, los ancianos han elegido Changpuhe y El Templo del Cielo. La municipalidad suroeste de Chongqing tiene un “rincón de ligue” en el parque Hongyadong. En la ciudad norteña de Xian, los residentes mayores se reúnen todos los miércoles y sábados en el Parque de la Revolución.
“Cuando van a China, mis colegas estadounidenses se sorprenden por todas las personas que socializan en el parque”, dijo Bei Wu, director de salud global e investigación de la vejez en la Universidad de Nueva York, que ha estudiado a los adultos mayores de China durante 30 años.
“Es una manera práctica para que un grupo se reúna”, dijo Wu. “En el parque, puedes aumentar las probabilidades de tener citas a ciegas exitosas”.
La demografía está detrás de todo el asunto.
Una población mayor implica que más personas están viviendo más tiempo que sus parejas. El número de viudos se acerca a los 48 millones, de acuerdo con un estudio de la Academia China de Ciencias Sociales, un grupo de investigación gubernamental. El grupo predice que el número aumentará a 118,4 millones para 2050.
Además, cuatro de cada cinco viudos quieren volver a casarse, de acuerdo con el Diario Popular, el periódico oficial del Partido Comunista Chino, que citó una encuesta de la Academia China de las Ciencias.
Otros han decidido dejar a sus parejas. En Pekín, casi un tercio de los casos de divorcio fueron presentados por personas de 60 a 70 años, de acuerdo con el periódico Noticias Vespertinas de Pekín.
La población creciente de adultos mayores solteros tiene implicaciones de salud pública. Los índices de infecciones de VIH están aumentando entre los adultos mayores chinos porque muchos no practican el sexo seguro, de acuerdo con el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades. Los casos entre los hombres chinos de 60 años o más casi se han triplicado desde 2012, señaló.
Guan Yongnian, un hombre divorciado de 82 años, se considera un buen partido. Está sano y es un exitoso experto en caligrafía, escritor y profesor de tai chi, una forma menos agresiva de artes marciales popular en China.
Guan dijo que, en los últimos 30 años, sus amigos han tratado de presentarle otras mujeres. Se casó en sus 20, y tiene dos hijas de cincuenta y tantos, además de un hijo, que tiene casi 60 años.
La lista de requerimientos de Guan para su futura esposa: idealmente en sus 40 —sí, la mitad de su edad—, limpia, inteligente, capaz y “no poco razonable”. Otras cualidades: ojalá “aporte alivio espiritual y felicidad”.
No obstante, las expectativas de Guan son bajas. “Actualmente, muchas personas no son limpias, se visten mal y no tienen la sofisticación de la buena crianza”, se lamentó.
Había echado un vistazo a la multitud durante casi una hora y no planeaba dar el primer paso.
“Tengo un problema: cuando me llaman, no regreso la llamada”, dijo Guan, que estaba vestido con una gabardina marrón. “Soy muy poco razonable. Deben cazarme”.
Una mujer que llevaba labial rosa y estaba vestida con un abrigo amarillo se posó frente a Guan, curiosa porque lo estaban entrevistando.
“¿Cuántos años tienes? ¿50? ¿60?”, le preguntó Guan.
“Estoy en mis 60”, rio ella.
“¿Ven?”, dijo. “Adiviné su edad”.
La mujer era Han Shuping. En realidad tenía 52 años. Era divorciada y había estado viniendo a Changpuhe durante dos años. Un hombre tocó su cabello antes de que ella lo alejara de manera juguetona.
“La mayoría de los que vienen aquí son pésimos”, dijo Han. “Los hombres viejos te invitan a comer, a su casa y tratan de tener sexo contigo”.
Originalmente de la provincia central de Henan, Han dijo que era honesta con sus posibles pretendientes, pues les dice que es del campo y que no tiene pensión.
Han dijo que quería “encontrar a alguien con quien pueda charlar y después establecer un lazo afectivo”.
“En esta etapa, el amor a primera vista es imposible”, comentó.
Se mostró pesimista respecto de sus posibilidades.
“Es muy difícil encontrar a alguien aquí”, dijo Han. “Los auténticos son muy escasos”.
Zhao, el viudo de 78 años, estuvo de acuerdo. Lamentó la franqueza de algunas mujeres.
“Quieren una casa, auto y dinero”, dijo Zhao, que era alto, llevaba anteojos y estaba vestido de manera elegante con una boina beige. “Te piden directamente que cambies los nombres en el título de propiedad. Es lo primero que dicen. ¿Acaso no es aterrador?”.
Sin embargo, aún anhelaba una pareja para acabar con su soledad. “Es una situación miserable”, comentó.
Zhao habló de los “tres tesoros en esta vida”: que alguien sepa “cuando tienes frío o calor, cuando experimentas dolor o sientes desolación”.
“Si jamás has vivido esos tres grandes tesoros, ¿cómo puedes entender qué es la dicha? ¿Qué es el dolor?”, dijo Zhao. “Así me siento yo ahora, pero antes no era así”.