BOLIVIA

Emergen nuevos líderes indígenas en el partido de Evo Morales

Foto: AP.

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La renuncia de Evo Morales dejó a Bolivia convulsionada y a su propio partido fracturado, pero en medio de la crisis han surgido nuevos líderes indígenas que fueron ignorados por el mandatario en sus casi 14 años de gobierno.

Los nuevos presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado son de origen aymara y pertenecen al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales y que controla la mayoría en la Asamblea Legislativa.

“Queremos mostrar nuestra voluntad de pacificar el país y vamos a trabajar con todos, nadie debe quedar al margen”, dijo Sergio Choque, presidente de la Cámara de Diputados, tras ser posesionado.

Poco más de un 50% de los legisladores son indígenas pero es la primera vez que los presidentes de las dos cámaras tienen ese origen. Mónica Eva Copa preside el Senado y al igual que Morales es aymara, la segunda etnia después de la quechua.

“Muchos fuimos aislados por una cúpula, no era posible llegar a Evo. No podíamos hablar con la prensa, unos pocos daban la línea”, dijo a The Associated Press el diputado Juan Cala, de la región de Santa Cruz, un bastión opositor a Morales.

En su último gabinete Morales ya no tenía ministros indígenas. “Ahora esa cúpula se exilió, nosotros quedamos y nos toca renovar la política”, agregó Cala.

El analista político Carlos Cordero indicó que los indígenas “no eran del entorno de Morales. Frecuentemente los usaban para levantar la mano y aprobar lo que enviaba el Ejecutivo... Ahora el partido ha quedo en manos de ellos y el desafío es renovarlo”.

La prueba de fuego para los “masistas” será ir a las nuevas elecciones sin Morales, como anticipó la autoproclamada presidenta interina Jeanine Áñez, quien dijo que el exmandatario será enjuiciado por fraude electoral si regresa al país.

“Morales sigue siendo el líder, pero el partido tiene que renovarse y será bueno ir con nuevos candidatos”, opinó Cala.

Pero entre los legisladores hay posiciones divididas, lo que podría complicar una salida negociada a la crisis que buscan las partes con la mediación de las Naciones Unidas, la Unión Europea y la Iglesia católica.

En un mes de conflicto han muerto 30 personas, entre ellas dos policías. Una auditoría de la Organización de Estados Americanos corroboró las irregularidades en las elecciones del 20 de octubre -de las que Morales se proclamó ganador pese a las denuncias de supuesto fraude de la oposición- y recomendó nuevos comicios. Cercado por las protestas y tras perder el apoyo de la policía y los militares, Morales renunció alegando un golpe de Estado.

Mientras avanzan las negociaciones políticas, las protestas callejeras y los bloqueos carreteros protagonizados por partidarios del exmandatario mantienen paralizado al país y la situación más crítica se vive La Paz, donde falta combustible, los mercados están desabastecidos y se multiplican las colas para comprar alimentos.

El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, acusó a Morales de promover desde su exilio en México los bloqueos que mantienen aisladas a varias ciudades.

La planta de combustible que surte a La Paz y El Alto sigue rodeada por manifestantes que exigen la renuncia de Áñez tras la muerte de al menos ocho personas el martes cuando policías y militares rompieron el cerco para sacar camiones cisterna y abastecer a ambas ciudades.

En el barrio de Senkata, donde su produjo la arremetida de las fuerzas del orden en las afueras de El Alto, se realizaron velorios en varias casas pobres.

Los féretros de los fallecidos eran transportados el jueves por una columna de dolientes hasta La Paz para exigir justicia y la renuncia de Áñez.

“Mi hijo Cristian salió a comprar pan y le dispararon, apareció muerto. Ahora busco justicia. ¿Ahora quién va responder por mi hijo muerto?”, se preguntó Eulogio Vásquez, padre del joven.

El estudiante muerto en la refriega era velado en una vivienda pobre. Un pequeño patio fue improvisado como velatorio con un puñado de flores, una vela y el retrato de Cristian sonriendo.