El Canal de Suez, el símbolo del Egipto moderno

Canal de egipto . AP

Canal de egipto . AP

El Canal de Suez, el punto de comunicación entre Europa y Oriente, cumple 150 años en los que se ha convertido en un símbolo del Egipto moderno y un testigo de excepción de algunos de los acontecimientos más relevantes de la historia del país.

Símbolo de la lucha anticolonialista, su nacionalización en 1956 fue rechazada por franceses y británicos, y su importancia estratégica lo colocó siempre en el campo de batalla de los conflictos regionales.

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

A pesar de cumplir un centenario y medio, la idea de conectar el mar Mediterráneo con el mar Rojo se remonta al año 1874 a.C., cuando el faraón Sesostris III de Egipto ordenó la construcción manual de una versión muy primitiva del Canal de Suez.

Como consecuencia de la escasa tecnología que existía 4.000 años atrás, el proyecto fue abandonado en numerosas ocasiones y excavado seis veces, hasta que el diplomático francés Ferdinand de Lesseps inició las obras definitivas para abrir el paso artificial en abril de 1859.

No fue hasta 10 años después, el 17 de noviembre de 1869, que el Canal de Suez -una de las obras de ingeniería más ambiciosas de la época- fue inaugurada gracias al trabajo de casi un millón de campesinos que participaron en la hazaña.

Por aquel entonces, la ruta marítima de 164 kilómetros tenía una profundidad de unos 8 metros y tan solo permitía el tránsito de embarcaciones de máximo 5.000 toneladas.

Hoy, 150 años después, el Canal de Suez se extienda por 193,3 kilómetros y ha sobrevivido a años de conflictos bélicos, numerosos cierres y hasta cuatro ampliaciones para adaptar la ruta a las necesidades del tránsito marítimo contemporáneo.

UN SÍMBOLO EN DISPUTA

Lesseps no solo hizo posible la obra de ingeniería soñada por los faraones hace cuatro milenios, sino que también fue el fundador de la Compañía Universal Marítima del Canal de Suez, la empresa que se dedicaría a operarlo hasta que el presidente Gamal Abdel Naser decidió nacionalizarlo en 1956.

Después de que el Estado tomó su control, la infraestructura gestionada hasta entonces por franceses y controlada militarmente por los británicos pasó de ser un símbolo colonial a un trofeo de la lucha por la independencia.

"Es un símbolo de la independencia egipcia", asegura a Efe el analista político Timothy Kaldas, del Instituto Tahrir para Oriente Medio.

El experto apunta que la nacionalización del Canal de Suez fue "un gran paso que dio Egipto para reclamar la soberanía de su punto estratégico más importante (...) que había sido construido y había estado en control de imperios extranjeros desde que fue creado".

Las aspiraciones antiimperialistas de Abdel Naser provocaron la ira de franceses y británicos, ya que el canal era su principal enlace con la India, lo cual provocó la respuesta militar de las dos potencias, junto a Israel, hasta que la ONU intervino para detener la ofensiva.

El Canal de Suez fue uno de los frentes de batalla en la guerra árabe-israelí de 1967, tras la cual no operó a lo largo de ocho años hasta 1975, después de que las tropas egipcias consiguieran en 1973 controlar la orilla oriental del Canal y penetrar en la península del Sinaí, ocupada hasta entonces por Israel.

Si bien el Canal fue sometido a varias remodelaciones y ampliaciones a lo largo de su vida, la mayor obra fue emprendida por el actual presidente, Abdelfatah al Sisi, que tras acceder al poder a través de las urnas en 2014 ordenó una megaproyecto para ampliar el canal en un tramo de 37 kilómetros y excavar uno nuevo paralelo de 35 kilómetros.

Al Sisi bautizó el Nuevo Canal de Suez como "el regalo de Egipto al mundo", que costó más de 7.000 millones de dólares y quedó inaugurado en agosto de 2015.