Los indignados chilenos le dan al "reset"
La informe y autoconvocada masa de personas que se manifiesta en las calles de Chile ha comenzado a canalizar su indignación mediante la organización de cabildos ciudadanos en parques, plazas, escuelas o centros culturales en los que se debaten proyectos para reiniciar el país sobre unas nuevas bases sociales, políticas y económicas.
Algunos surgen de manera casi espontánea en barrios y comunas de todo el país, otros responden a un llamado de gremios sectoriales y otros están organizados por la llamada Mesa de Unidad Social, que reúne a diversas asociaciones sociales y sindicales y que busca levantar un petitorio a nivel nacional.
"Son cabildos donde la ciudadanía se puede hacer partícipe de qué es lo que quiere y que eso se plasme en un documento que contenga las peticiones de la gente levantadas desde las bases", dijo a Efe Belén Saavedra, que ayuda a distintos cabildos a trabajar en la metodología que recomienda Unidad Social para canalizar las demandas.
Saavedrá coordinó este jueves la organización de un cabildo en la comuna santiaguina de Ñuñoa, que reunió a unos 50 ciudadanos, que se dividieron en grupos de entre seis y diez personas para iniciar un diálogo abierto sobre la crisis chilena.
Cada grupo tuvo un moderador que coordinó una discusión sobre las causas que han generado el malestar ciudadano, las oportunidades que abre esta movilización social, las demandas prioritarias para la ciudadanía y las acciones que se pueden llevar a cabo para transformar Chile, entre ellas si es necesario una asamblea constituyente.
"En todos los cabildos se discute sobre esas mismas preguntas", puntualizó Saavedra, quien hasta el momento relevó que los mayores reclamos van por una educación gratuita y por mejores sistemas de salud y de pensiones, y que entre las soluciones se habla sobre todo de la posibilidad de votar a partir de un plebiscito por una asamblea constituyente.
El presidente de la Junta de Vecinos de la plaza Ñuñoa, Rodrigo Molina, dijo a Efe que el objetivo de los cabildos es responder a una de las demandas principales de los ciudadanos: "participar, entregar opiniones y que nos escuchen; que vean por qué se produce la crisis y qué medidas necesita el país, porque la gente conoce mejor que nadie el país y su realidad".
A partir de ahí, "si la superestructura del país le da cabida legal a estos cabildos y finalmente vamos a un plebiscito con lo central que salga de los cabildos sería fantástico", expresó Molina.
Leandro Infante, un vecino de Ñuñoa que participó en las discusiones del jueves, señaló a Efe respecto a los cabildos que "después de todos estos días de intensa actividad social y de movilizaciones tiene que haber algo que involucre un cambio dentro de la institucionalidad y que tenga un valor legal jurídico para poder hacer las transformaciones que se necesitan".
Similitudes con el 15M español
El fenómeno de los cabildos recuerda al movimiento de los llamados "indignados" del 15M que surgió en España en 2011, que organizaba asambleas ciudadanas en plazas y calles para pedir una democracia más real y denunciar la corrupción, entre otras cosas, y que acabó siendo el germen de varias fuerzas políticas, entre ellas el partido de izquierdas Podemos.
En Chile, de momento ninguna fuerza opositora se arroga la representación de la masa social que se manifiesta en las calles pero algunos temen que pueda suceder.
"Entendemos que todas las demandas y reflexiones que hacemos dentro de las asambleas son políticas, el problema es cuando vienen partidos que quieren cooptar ese espacio", dijo a Efe Fernando Aguirre, coordinador territorial de la asamblea del barrio Brasil de Santiago de Chile.
Aguirre expresó su deseo de que si surge un nuevo actor político este sea el de "los vecinos y vecinas" para que puedan tomar sus decisiones en una democracia más directa y no tan representativa.
Sistema nuevo de principio a fin
En paralelo al surgimiento de los cabildos ciudadanos, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció la puesta en marcha de proceso de diálogos para canalizar las demandas sociales y poder encontrar un diagnóstico en el corto plazo.
La ciudadanía quiere marcar distancias con esa iniciativa, entre otras cosas porque ya no le cree al presidente, como dijo Molina, y porque en la base de los debates que se están generando en los cabildos se encuentra la de cambiar por completo el modelo político, social y económico de Chile.
Se trata de reiniciar el país.
"Chile no tiene vuelta atrás, Chile despertó. Hace falta un sistema nuevo de principio a fin. El pueblo de Chile está remeciendo los cimientos del país pero las autoridades parece que no se convencen de que hay que cambiar", expresó Molina.
"Es necesario un cambio de modelo, una asamblea constituye y un cambio en las relaciones políticas porque no estamos dispuestos a que las personas de siempre ocupen los espacios de siempre, queremos espacios nuevos. Son cambios profundos pero muy necesarios", dijo Aguirre a este respecto.