Las nuevas medidas contra la migración legal hacia EE.UU.

Desde principio de su administración, el presidente estadounidense, Donald Trump, presentó su oposición frente a la inmigración ilegal y su disposición de cambiar las reglas ante lo que siempre fue “la norma”, la reunificación familiar.

Sin embargo, desde hace mucho tiempo varias naciones, incluyendo Canadá, han priorizado que los migrantes posean aptitudes, es decir, educación universitaria, talentos o destrezas particulares que ofrecer en la nueva nación.

Sin haber discutido en el Congreso las nuevas leyes y ante los puntos de vista diferentes sobre el tema de sus rivales demócratas, el mandatario decidió lanzar la nueva iniciativa que entra en vigor a mediado de octubre: “Negar la residencia o la ‘green card’ a aquellos inmigrantes que hagan uso del programa de asistencia médica Medicaid (un programa de ayuda médica para pobres), reciban cupones de alimentos, subsidios para la vivienda u otras prestaciones sociales”, aunque hayan pagado impuestos...

El término de “carga pública” es la bandera que se ha vendido como la razón principal. Es bastante incómodo aceptar, sobre todo para los que pagan impuestos, la entrega de subsidios a personas que hayan ingresado ilegalmente en el país.

Que el sistema va a afectar principalmente a las comunidades latinas... es sabido. Que los empresarios, pequeños y grandes, siempre se han beneficiado de esa mano de obra barata y numerosa, también es sabido.

El problema radica en que es más fácil hacerse de la vista gorda ante la necesidad de obreros que recojan los tomates por temporada y a bajos precios, por ejemplo, pero no es aceptable que conjuntamente con ellos vengan sus mujeres y sus hijos. La carga, aunque no pública, es más pesada.

Se ratifica que, después de la nueva norma, Estados Unidos entra en la corriente internacional de abrir las puertas a inmigrantes que tengan algo más que ofrecer, aunque rompa la tradición de la reunificación familiar.