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El Morse, una "sinfonía de vidrio" que acerca el arte de lujo a todo el mundo

Fotografía del vitral de la capilla de Louis Comfort Tiffany, el pasado mayo en el Museo de Arte Americano Charles Hosmer Morse en Winter Park, Florida (EE.UU.). EFE/Latif Kassidi

EFE | Latif KassidiWinter Park (EEUU)

Famoso mundialmente por albergar la colección más completa de las obras del artista y diseñador industrial estadounidense Louis Comfort Tiffany (1848-1933), el Museo de Arte Americano Charles Hosmer Morse (Morse) en Winter Park, Florida, se ofrece como defensor de un arte de lujo accesible para todo el público.

Inminentes vitrales, enormes puertas, ostentosas lámparas, piezas de vidrio, cerámica, yeso, mármol, joyas e incluso unas cuantas pinturas estadounidenses de finales del siglo XIX y principios del siglo XX son algunos de los objetos que conforman el tesoro de esta institución del centro de Florida.

"El Morse es una sinfonía de vidrio ricamente coloreado, una fiesta para la vista y un estímulo para el espíritu", indica en una declaración a Efe Laurence J. Ruggiero, director de este museo situado a tan solo seis millas (9 km) de Orlando, la capital turística de Florida.

Las obras de Tiffany incluye la capilla expuesta por primera vez en la Exposición Mundial Colombina de 1893, en Chicago (con motivo de los 400 años de la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo), una ala dedicada a objetos recuperados de Laurelton Hall, la propiedad de Long Island (Nueva York) que fue destruida por el fuego en 1957 y otras de las obras de este versátil artistas.

Es "la colección más completa y más interesante de Tiffany en cualquier lugar" del mundo, afirma Alice Cooney Frelinghuysen, comisaria en el Anthony W. y Lulu C. Wang de Artes Decorativas Americanas, en el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York, según dijo en un correo enviado a Efe.

El museo, construido sobre unos 42.000 pies cuadrados de espacio, alberga quince galerías en total que, además de las dedicadas a Tiffany, cada una está marcada por un tema.

"Renacimiento y reforma" gira sobre el eclecticismo en el ambiente del siglo XIX de las artes decorativas, mientras que "Lámparas e iluminación" muestra el diseño de éstas como obra de arte.

Las galerías "Artes y oficios estadounidenses" y "El florecimiento de la cerámica de arte" ilustran por su parte la fabricaci ón y elaboración de la cerámica en Estados Unidos y "Art Nouveau de Europa y América" se presenta como modelo de inspiración con ejemplos contemporáneos europeos de vidrio y cerámica.

Igualmente, la sala de pinturas y retratos ofrece unas enormes y extraordinarias obras de Alan Dunn, Anders Monsen Askevold, Carducius Plantagenet Ream o Cecilia Beaux, entre otros.

El museo fue fundado por la diseñadora y filántropa Jeannette Genius McKean en 1942 y está dedicado a su abuelo, el industrial de Chicago Charles Hosmer Morse.

Luego, en 1955 se ubica en el campus de Rollins College donde la diseñadora junto a su esposo Hugh McKeans, quien era el director, organizaron la primera exposición de obras de Louis Comfort Tiffany, después de la que se hizo en 1933.

En 1957, McKean se entera por la hija de Tiffany que la propiedad Laurelton Hall de su padre se había incendiado y con la ayuda y apoyo de su esposa compra todo lo que quedó con el propósito de salvarlo, incluidas la capilla y sus premiadas ventanas de vidrio con plomo.

Luego el museo se muda a su actual ubicación para abrir oficialmente sus puertas en 1995 con el fin de permitir a la comunidad local y estatal y también a los visitantes de afuera poder disfrutar y aprender del arte lujoso, que era el sueño eterno de la pareja.

"Juzgar el arte no es problema en absoluto. Todos lo hacen. Comprender el arte requiere tiempo y pensamiento. Aquí es donde están la emoción y la diversión", decía McKean, tal como señala a Efe la directora de comunicaciones, Emily Margaret Sujka.

En efecto, el Morse mantiene un equilibrio excepcional entre la oferta cultural-turística y la introducción del arte a la comunidad local e internacional en esta pequeña ciudad fundada a finales del siglo XIX y principios del XX (1881) por magnates de negocios del norte del país.

El museo, uno de los más accesibles del estado (6 dólares la entrada, 5 para mayores y uno para estudiantes), no recibe dinero público para financiar su presupuesto operativo anual de unos 3 millones de dólares.

Cada año, aproximadamente 73.000 visitantes se detienen para admirar los miles de objetos de la colección de Morse, según dijo Sujka.

Fiel a su objetivo de llevar arte de lujo a todo el mundo por igual, el museo invita este verano, sin coste alguno, a las familias "a explorar la historia de la cerámica artística en América y descubrir las formas, los esmaltes, los temas y las técnicas que una vez fueron inigualables en el mundo".