Preludio del primer año
No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti
A principios del mes de mayo, cuando la delegación china estaba por viajar a Washington para una nueva ronda de consultas económicas y comerciales chino-estadounidenses, los EE.UU subió al 25% las tasas arancelarias a las importaciones desde China por valor de 200 mil millones de dólares, y amenazó con imponer un arancel del 25% a importaciones chinas de unos 325 mil millones. Después de menos de dos semanas, la parte norteamericana empezó sus ataques contra Huawei, una empresa privada de China, colocándola en su llamada “Lista de Entidades”. Lo que ha hecho los EE.UU es un típico acoso económico, que nos hace recordar a Japón, que se vio obligado a firmar el “Acuerdo de Plaza”, y a la compañía francesa Alstom malvendida.
Esta no es la primera vez que los norteamericanos rompieron el acuerdo unilateralmente, estableciendo obstáculos para las consultas económicas y comerciales entre ambos países. Tampoco es la primera vez que ellos utilizaron el poder estatal para suprimir ciertas empresas chinas sin ninguna evidencia. Estos hechos no solamente han causado daños a la economía china, sino también perjudicarán las normas internacionales y la competencia justa, destorsionará la cadena industrial global, interrumpirán la normal división de trabajo internacional y dañarán especialmente la reputación internacional de los EE. UU y los intereses de su propio pueblo.
Son los consumidores estadounidenses quienes pagarán la factura generada por el comportamiento de su gobierno. Un estudio de Global Trade Partnership, una firma de asesoría económica y comercio internacional con su sede en Washington, muestra que la elevación de los aranceles resultará en una reducción de 934,000 empleos por año en EE.UU y un aumento de gasto adicional de 767 dólares para una familia de cuatro personas. Recientemente, algunos gremios y empresas norteamericanas como la Asociación Americana de Soja y la Federación Americana de Minoristas, se han pronunciado en contra de su gobierno por la elevación arancelaria y se han manifestado en contra de la politización de los asuntos comerciales.
Las medidas proteccionistas comerciales adoptadas por la Casa Blanca han puesto a la economía mundial, que se encuentra en una recuperación difícil, en riesgo de volver a la recesión. La OMC ha reducido su pronóstico de crecimiento del comercio mundial para 2019 de 3.7% a 2.6%, el nivel más bajo en los últimos tres años.
EE.UU es el país que se beneficia de los intercambios económicos y comerciales con China, con la que casi el 60% del déficit comercial proviene de empresas extranjeras, de las cuales la mayoría son estadounidenses. Además, un tercio del total de las ventas en el extranjero de compañías norteamericanas proviene del mercado chino. Las compañías tales como Qualcomm, Microsoft y Google han vendido componentes por valor de 11 mil millones de dólares a Huawei en 2018.
Cabe señalar que los EE.UU no solo tiene un déficit comercial con China, sino también con muchos otros países. La causa fundamental del déficit consiste en su propia estructura económica, la política de déficit fiscal y el control de las exportaciones e inversiones de alta tecnología. Esta es la “injusticia” creada por ellos mismo. Si se toman en cuenta factores como el estándar estadístico, el comercio de reexportación y el comercio de servicios, el superávit comercial actual favorables a China en realidad es alrededor de un tercio de las cifras publicadas por los EE.UU. Según el análisis de el Fondo Carnegie para la Paz Internacional, si los EE.UU rebajan su control de las exportaciones impuesto sobre China al mismo nivel de Francia, el déficit comercial con China puede reducirse en un 35%.
La economía china se verá afectada en cierta medida, pero se puede superar. El mercado chino todavía es atractivo para la inversión extranjera. De enero a abril de este año, el uso real de capital extranjero de China aumentó un 6,4% en comparación con el año anterior. Según el Consejo de Negocios los EE.UU-China, el 95% de las compañías norteamericanas afirman que mantendrán o aumentarán su inversión en China. En el campo de la innovación científica y tecnológica, los logros de China son notables. Tomando como ejemplo las solicitudes de patente, el número de solicitudes de patente de China ocupó el 40% del total a nivel global en 2017, superando a los EE.UU y Japón. Solamente Huawei tiene una quinta parte del número total de patentes esenciales de estándar 5G, ocupando el primer lugar en el mundo.
Confucio dijo que no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti. Solamente con seguir el camino correcto de respeto recíproco, igualdad y beneficio mutuo, y buscar un punto de convergencia y equilibrio de los intereses de ambas partes, las consultas económicas y comerciales chino-estadounidenses tendrán la esperanza de éxito.
El autor es Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de China