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A DISTANCIA

Un paso atrás, tras la tormenta

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Adolfo ValenzuelaSanto Domingo

El gobierno estadounidense tiene el derecho de implementar la política inmigratoria que le apetece. Y Donald Trump, cuando decidió lanzar su “tolerancia cero” para las migraciones de ciudadanos indocumentados, simplemente cumplió con la ley.

Lo que no sabía era que, lo que en principio se hizo con mucha discreción y en apenas unos 700 casos, incluso durante el gobierno demócrata de Barack Obama, saltó a la opinión pública y le creó toda una tormenta política. Y se destacaron las violaciones a los derechos humanos e infantiles.

Ingresar ilegalmente a Estados Unidos era considerado una “infracción administrativa”. Con las nuevas directrices todos aquellos que pongan el pie sin documentación apropiada, serán procesados legalmente y eso implica que el adulto deberá enfrentar a la justicia y, si le acompañaban sus descendientes, éstos serían separados porque en la realidad los niños no son imputados.

Legalmente correcto. Humanamente desastroso.

Las voces se levantaron bastante altas, las redes sociales se llenaron de mensajes, los diarios publicaron las fotos de niños llorando, y lo que agotó la paciencia fueron las fotos de los chicos dentro de unas instalaciones que incluian “jaulas”, que en realidad eran mallas ciclónicas.

Otro detalle es que las cifras de los niños separados oscilan entre 2,300 a 2,800 y de esos grupos, según un titular de Europapress, “casi 1,500 niños inmigrantes al cuidado de las autoridades de Estados Unidos desaparecieron en 2017”.

La presión migratoria contra EE.UU. subió un 160% para mayo de este año, especialmente desde Centroamérica: violencia, pobreza y narcotráfico.

Un estudio de la Universidad de Quinnipiac, en Connecticut, reveló que un 55% de los votantes republicanos apoyan la medida, en tanto que un 66% de los estadounidenses las rechazan.

La lucha contra la migración es una promesa de campaña para los seguidores de Donald Trump y él está en campaña para los comicios congresionales de noviembre próximo, por lo que muchos de los candidatos republicanos en la frontera sur están preocupados porque las acciones de la Casa Blanca sin dudas influirán en los resultados finales de las congresionales. Y no serán a favor.

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