PYONGYANG
Corea del Norte habla de "represalia despiadada" por maniobras de Seúl y Washington
El ejército norcoreano amenazó hoy con responder de manera "despiadada" a las grandes maniobras que iniciaron el lunes Corea del Sur y Estados Unidos y que Pyongyang califica de "peligrosa provocación militar".
El régimen de Pyongyang asegura que no podrá evitar llevar a cabo una "represalia despiadada" porque los aliados han ignorado sus "advertencias para actuar en la dirección correcta ante la actual situación y han llevado a cabo peligrosas provocaciones militares", en un texto que publica hoy la agencia de noticias KCNA.
Corea del Sur y Estados Unidos iniciaron el lunes sus ejercicios Ulchi Freedom Guardian, en los que participan unos 67.500 soldados y que llegan después de una de las peores escaladas dialécticas de los últimos años entre Pyongyang y Washington.
"No hay que olvidar que estamos observando atentamente, preparados y a la espera", advierte el texto, firmado por el representante militar norcoreano en la aldea fronteriza de Panmunjom.
"Estados Unidos debería asumir toda la responsabilidad por los catastróficos resultados de sus imprudentes juegos de guerra ya que ha elegido la confrontación militar con nosotros", añade.
Los ejercicios Ulchi Freedom Guardian, que son la mayor simulación bélica computerizada del mundo, duran hasta el próximo 31 de agosto y buscan ensayar respuestas conjuntas a una hipotética invasión del Sur por parte del Norte.
Pyongyang, sin embargo, los considera un ensayo para atacar su territorio y ya el año pasado respondió lanzando a modo de prueba un misil balístico desde un submarino.
Los ejercicios llegan justo después de que Estados Unidos y Corea del Norte escenificarán uno de las peores escaladas retóricas de los últimos años.
A principios de agosto Corea del Norte amenazó primero con atacar Estados Unidos en represalia por las sanciones de la ONU por sus recientes lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales, a lo que respondió con un tono inusualmente beligerante el presidente estadounidense, Donald Trump.
Pyongyang reveló entonces un plan para bombardear el entorno de la isla de Guam, que alberga importantes bases de Estados Unidos, aunque la semana pasada templó algo los ánimos afirmando que observaría "un poco más" los movimientos de Washington antes de atacar, en una aparente referencia a estos ejercicios.