“Al final, los comicios serán entre Lula da Silva y Marina”

Brasil va a las elecciones presidenciales el 5 de octubre próximo, pero la contienda real será entre Luiz Inácio Lula da Silva y Marina Silva, durante la segunda vuelta electoral, en parte por el empate técnico entre los candidatos reales: la presidenta Dilma Rousseff y su principal contrincante, la ecologista Silva. La opinión proviene del analista Thiago de Aragao, de la empresa Arko Advice, quien explica que “si la disputa del segundo turno es entre Dilma y Marina, es una disputa donde la participación de Lula sería menos importante porque ahí sería una disputa de resultados, de garantía de manutención de programas sociales”. “Ahora, como Marina ejemplifica el concepto, el carisma y la emoción nacional, estará disputando la segunda vuelta no contra Dilma, sino contra Lula porque Lula es el maestro de este carisma, de traer emoción para que las personas tomen una decisión… La típica cultura latinoamericana es de irracionalidad en su corazón. Por eso es que la disputa será entre Marina y Lula. Dilma es el vehículo oficial”, expresó. Mucha cercanía El analista estima que las cifras de popularidad plantean que hay un 50% de victoria para ambas candidatas, destacando que la mandataria, hace un año y siete meses, tenía un 70% de aprobación, y que hoy día mantiene alrededor de un 35%. Dentro de las razones planteadas dijo que “fue causada por ella misma o por fuego amigo de su propio partido”, recordando el caso por corrupción del exdirector de Petrobras, Paulo Roberto Costa, el cual ha salpicado a líderes de varios partidos políticos. Recordó que “fue una conjugación de factores que partieron de su propio partido, por su propia forma de gobernar y también de circunstancias de tipo social que estaban sucedieron en Brasil en el momento”. Aragao rememora el inicio en el año 2013 de las manifestaciones contra la actual administración, el cual considera como “un error táctico del gobierno brasileño donde la tarifa de los autobuses que usualmente son aumentadas en enero, se adelantaron para julio y después para mayo”... Las protestas no fueron programadas, pero luego “se transformaron en una insatisfacción... por la forma en que Brasil era dirigido, una insatisfacción conceptual por la forma en que Brasil estaba viviendo”. Entonces empezaron las contradicciones y ambigu¨edades. Las propuestas pudieron focalizar el deseo de cambios, algún cambio en las estructuras políticas. En este momento fue que popularidad de la Presidenta cayó de 70 a 30%. En opinión de Aragao, el año 2014 comenzó con un cuadro político normalísimo, casi aburrido, muy similar a otros años. Había una polarización clara y con la posibilidad de que un tercer candidato pudiera influir en una segunda ronda. “En medio del Mundial de Fútbol, nosotros tenemos 34% de indecisos, un récord absoluto. Nunca tuvimos tantos indecisos a tan pocos meses de la reelección. Estos indecisos conocían a los dos candidatos de esa polarización, Dilma y Aécio Neves, del (PSDB), desde hace tiempo, pero el sentimiento de cambio generado un año antes en las protestas estaban concentrado e identificado en un 24% de indecisos porque los dos no representaban el cambio”, explicó. La muerte del candidato Ahí la historia y el destino que viene con el accidente del candidato Eduardo Campos, deviene en una sorpresa total. “Marina Silva surgió con pocas palabras y un discurso nuevo de conciliación y no necesariamente de ampliación de la polarización, creo que instintivamente, no proporcionalmente, como el cambio deseado un año antes”, agregó. Entonces hoy se ve como una presidenciable, más volcado hacia ese deseo de cambio y hacia un futuro diferente, con un cambio conceptual de la forma de hacer política. Hoy tenemos a una presidenta que tiene que presentar resultados pragmáticos afectada de sus propios errores, frente a una candidata que ejemplifica claramente un mensaje ambiguo y raro, una nueva forma conceptual de hacer política en Brasil, La disputa se pone fuerte. La ventaja de Dilma El analista considera que Dilma tiene todas las herramientas para ganar. Tiene el aparato público, los resultados concretos de su gobierno, con el principal elector del país, pero tiene una tasa de rechazo equivalente a su aprobación, muy alto. “Dilma tiene un ambiente social que exige algún tipo de cambio. Entonces. La victoria y la derrota depende mucho más de ella que de la candidata Marina. Marina puede ganar en base a los errores de Dilma. Marina no tiene mucho control de sus destino ahora”, amplió. “Como una elección en realidad es una disputa día a día, implica una acción para Marina que podría hacer que la victoria de Dilma no sea tan sorprendente”, concluyó. EL CASO DEL EXDIRECTOR DE PETROBRAS Paulo Roberto Costa, ex director de la poderosa empresa Petrobras, está preso por formar parte de una red de lavado de dinero. Denunció un esquema de soborno para conseguir contratos, los cuales beneficiaron a “decenas de legisladores”. Detalló que más de 50 congresistas, en especial miembros del Partido de los Trabajadores, al cual pertenece la presidenta Dilma Rousseff, y otros dos partidos de la coalición gobernante se beneficiaron del esquema. Señaló, específicamente, al presidente del Senado, Renán Calheiros; al presidente de los Diputados, Henrique Eduardo Alves, ambos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aliados del gobierno; el ministro de Energía, Edson Lobao, y el candidato del Partido Socialista Brasileño, el fallecido Eduardo Campos, quien fue reemplazado por la ecologista Marina Silva.