CANADÁ
Los pescadores inician la caza de 280 mil focas
Toronto.- Decenas de pescadores canadienses empezaron ayera cazar las primeras de las 280,000 focas que este año perecerán en las aguas del Atlántico del país, renovando la polémica entre Ottawa y las organizaciones de defensa de los derechos de los animales. La primera fase de la caza de focas se concentrará en los hielos flotantes que rodean las islas de la Magdalena, en el centro del Golfo de San Lorenzo, informó el ministerio de Pesca canadiense. Las tripulaciones de entre 15 y 20 embarcaciones se encuentran en el área. Pero los fuertes vientos de ayer están empujando los hielos flotantes, sobre los que reposan las manadas de focas, hacia las costas del archipiélago de las Magdalena, lo que permitirá que algunos pescadores cacen los animales desde tierra. Una mayor presión La caza de este año está marcada por la creciente presión sobre Canadá para que impida, o al menos reduzca, esta cacería que es calificada como la mayor matanza de mamíferos marinos del mundo. A principios de marzo, la comisión de Mercado Interior del Parlamento Europeo (PE) propuso prohibir totalmente la comercialización en la Unión Europea (UE) de productos derivados de foca. Y la semana pasada, Rusia anunció que prohibirá la caza de focas de menos de un año en su territorio. Son las focas de pocas semanas de vida, todavía incapaces de nadar, los ejemplares que constituyen el grueso de los animales cazados en Canadá. Las dos principales organizaciones opuestas a la caza, el Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW) y la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos (HSUS), presionan desde hace años a los legisladores europeos para que prohíban la entrada en la UE de las pieles de foca canadiense. Los ecologistas consideran que la caza es inhumana y el beneficio económico para los pescadores es mínimo. Por su parte, el Gobierno canadiense dijo que sus estudios avalan que las focas no sufren y que IFAW y HSUS sólo protestan las actividades de los pescadores canadienses para poder recaudar decenas de millones de dólares en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, un informe realizado en 2007 concluyó que en la práctica los pescadores no siempre aplican las medidas para evitar el sufrimiento de las focas.