INVENTARIO FLORÍSTICO
¿Cuántas especies alberga el Jardín Botánico Nacional?
¿A cuánto asciende la colección viva del Jardín? ¿Cuál es la familia con más especies? ¿Cuántas son endémicas? Las respuestas las ofrecen los técnicos del arboreto este jueves 22 de agosto en la conferencia magistral “48 años de historia en la conservación de las plantas”.
Desde su creación hace 48 años, el Jardín Botánico Nacional (JBN) estudia la flora dominicana y recoge el inventario de las especies autóctonas e introducidas no importa en qué lugar se encuentren: en bosques húmedos y secos, zonas costeras o valles intramontanos.
Gracias a ese trabajo, se sabe que la flora vascular de República Dominicana alcanza unas 6,000 especies, con varias a la espera de ser identificadas.
Sin embargo, hasta la fecha no existía un inventario oficial sobre las especies que alberga ¡el propio Jardín Botánico!
Así que hace unos meses, por iniciativa del director del parque, Pedro Suárez, los botánicos y técnicos del JBN pusieron manos a la obra: recopilaron resultados de estudios previos y actualizaron los registros que siempre han llevado sobre cada planta que entra al jardín.
Sumaron y el resultado es el inventario florístico oficial de la institución, un listado de sus colecciones vivas que hacen público este jueves 22 de agosto en la conferencia magistral “48 años de historia en la conservación de las plantas”.
El conversatorio tendrá lugar a las 10:00 de la mañana en el auditorio del Departamento de Educación Ambiental.
La información la compartieron con LISTÍN DIARIO el director, Pedro Suárez; Teodoro Clase, encargado del Departamento de Botánica; Claritza de los Santos, encargada del Departamento de Horticultura; y Elizabeth Séptimo, encargada del Herbario Nacional.
¿CUÁNTAS HAY?
Fueron registradas 1490 especies en todo el jardín. De estas, 462 especies son introducidas; el resto son autóctonas (nativas y endémicas), introducidas cultivadas, naturalizadas y de estatus no precisado.
La colección vida del jardín está compuesta por árboles, arbustos lianas, hierbas, hierbas epífitas, hierbas parásitas, hierbas acuáticas, suculentas, estípites y rastreras.
La familia con mayor número de especies es la orquídea, explica Teodoro Clase: 300 especies entre nativas e introducidas.
Siguen las palmas, con 77 especies distribuidas por el parque. También abundan especies de la familia de las aráceas (la misma de la yautía, anturios y filodendros). Y también helechos, con 58 de las 200 especies registradas en la isla.
Hay muchas plantas silvestres pues, como recuerda el biólogo botánico, el terreno de dos millones de metros cuadrados que hoy ocupa el JBN formaba parte de un destacamento tipo polvorín con una gran zona verde.
Elizabeth Séptimo agrega que la reserva, espacio no intervenido del JBN, es de los pocos reductos de bosques que quedan en la capital dominicana.
“Esa vegetación que existía antes no la encuentras en otro lugar de Santo Domingo”, dice la bióloga dominicana.
Según el inventario, en el jardín crecen unas 220 especies endémicas de la isla.
“Pero tenemos unas 19 especies indeterminadas y creemos que son especies nuevas; los científicos las están trabajando”, adelanta Clase.
ADAPTACIÓN DE LAS ESPECIES
Clase comenta que traer especies de zonas con climas diferentes al de la ciudad y hacerlas crecer en el jardín es un arduo trabajo que amerita, en ocasiones, transportar material de esas zonas y adecuar el suelo hasta que se adapten al parque. También exige mucho cuidado y vigilancia.
Pese a la entrega, y con todo y que en el jardín hay especies representativas de cada región del país, algunas se resisten a ser reproducidas lejos de su hábitat natural, como la Magnolia domingensis y la Salcedoa mirabaliarum.
Las que mejor se adaptan son las del bosque seco.
PARA SEMILLAS
Muchas de las plantas que crecen en el jardín sirven como fuente semilleras.
“Esto es muy útil en los proyectos de conservación que se están llevando a cabo –sostiene Clase-. Hoy día tenemos como 100 especies que se han sembrado en el jardín que ya comienzan a fructificar y van al banco de semillas, o sea, que ya no tememos que ir a la sierra de Bahoruco, a Pelempito o a otros sitios porque muchas veces de esas especies las tenemos aquí y vamos colectando las semillas día a día”.
Pedro Suárez, director del JBN, aclara que independientemente de lo seguro que se sientan con el inventario este tipo de registros no son cien por ciento reales, pues la naturaleza sorprende con nuevas especies cada día.
De esta forma, es probable que pronto esa cifra se eleve a 1,500, pues hay 20 especies esperando ser “domesticadas” en el vivero de la institución.
¿QUÉ HARÁN CON EL LISTADO?
Claritza de los Santos, del Departamento de Horticultura, indica que los inventarios florísticos son siempre estudios de línea base, es decir, lo primero que se hace en una zona para conocer lo que hay. A partir de esa línea base se pueden desarrollar muchos proyectos, señala.
“Todos los jardines botánicos manejan sus bases de datos de sus colecciones vivas, esto tiene una parte científica pero también una parte educativa, ya que a partir de este listado surgen muchísimas publicaciones y programas educativos para provecho del público, de la población”.
El JBN tiene en carpeta crear un catálogo con la flora del jardín y una fototeca de la isla con las fotos, nombres y uso de las plantas.
“Con los resultados del inventario queremos rotular cada planta con su etiqueta. La gente, al ver sus características distintivas, comenzará a diferenciar una cica de una palma o de una zamia. Cada familia tiene su carácter distintivo, un punto que las diferencia a cada una”, expone Séptimo, del Herbario Nacional.