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CIUDAD COLONIAL

La Fortaleza y el engaño del Día de San Andrés

Independencia. En cajas de cascarones de huevo se repartieron armas y municiones.

La Fortaleza Ozama, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo.

La Fortaleza Ozama, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo.Istock

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carmenchu brusíloffSanto Domingo

‘Esta es la primera instalación militar europea que permanece en América’, dice Kin Sánchez Fernández, sobre la Fortaleza, extendida entre la calle Las Damas y la avenida Francisco Alberto Caamaño Deñó. 

En la explanada del recinto se yergue el eje y símbolo de este conjunto militar: la monumental Torre del Homenaje, construida en el siglo XVI.

En sus calabozos los encarcelados sufrieron suplicios y asesinatos tanto en años de la colonia como de las tiranías sufridas por el pueblo dominicano. Mientras en sus estancias se alojaron dignatarios, entre ellos Diego Colón durante el tiempo en que construían su morada: el Alcázar.

El portal neoclásico con influencia barroca de la Fortaleza abre hacia la calle Las Damas, la vía más antigua de la Ciudad Primada.

Lo que pocos conocemos es que, mediante un engaño con huevos en la noche del 30 de noviembre, Día de San Andrés, durante el cual la colonia festejaba el denominado ‘Carnavales de Agua, porque se celebraba tirando agua desde coches y caballos hacia ventanas y balcones y desde estas a todo ser viviente que transitara por las calles’, este entorno de Fortaleza y calle Las Damas fue ‘el escenario de la proclamación de la Independencia en 1821’. 

Lo cuenta Kin Sánchez en su ‘Guía de anécdotas, cuentos, crónicas y leyendas de la Ciudad Colonial de Santo Domingo’.

José Núñez de Cáceres, que siempre se había opuesto al juego del agua, permitió que su hijo mayor utilizara su carruaje para jugar a San Andrés en compañía de sus amigos. Iban vestidos de blanco, como era y es costumbre. ‘Sobre el piso del coche descubierto se colocaban una y otra vez cajas con cascarones de huevos, que habían sido vaciados, lavados y rellenados con agua perfumada con albahaca y eran sellados con un pequeño trozo de tela empapado en cera caliente’.

Los jóvenes lanzaban cascarones y recibían cataratas de agua desde los balcones. Y regresaban a la casa de Núñez de Cáceres a recoger más cajas de cascarones. Lo que no sospechaba el ejército español es que en realidad estaban distribuyendo cajas de armas y municiones ocultas debajo de las cajas de cascarones.

Con esas armas, dice Kin Sánchez, se realizó el levantamiento que en la madrugada culminó con la captura de la Fortaleza Ozama y la proclamación de la independencia (conocida como Independencia Efímera) en la madrugada del 1 de diciembre de 1821.

Historia de Indias

En la Torre del Homenaje fue donde el Alcaide Gonzalo Fernández de Oviedo escribió su ‘Historia general y natural de Indias’.