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¿quién educa al pueblo?

“Lo reconocieron al partir el pan”

Maruchi R. de Elmúdesi

Maruchi R. de ElmúdesiArchivo LD

Hoy el Evangelio según San Lucas nos trae este bello pasaje, en el que los discípulos iban comentando sobre lo que había sucedido en Jerusalén, y entonces Jesús resucitado se les une en su caminar, preguntándoles de qué hablaban. “¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí?”.

“¿Qué?”, les contesta. “Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte y lo crucificaron”.

“Nosotros pensábamos que iba a librar a Israel de los romanos. Pero, las mujeres fueron al sepulcro y no estaba su cuerpo, incluso, dijeron que vieron una legión de ángeles que les habían dicho que estaba vivo”. Entonces Jesús les dijo: “¡Qué necios y torpes son para creer lo que comunicaron los profetas!” ¿No era necesario que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?”.

Y fue explicándoles las Escrituras. Ya cerca de la aldea, Él hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le dijeron: “¡Quédate con nosotros que atardece y el día va de caída!”.

Y sentado en la mesa con ellos lo reconocieron al partir el pan.

Entonces volvieron a Jerusalén y les dijeron a los discípulos: “Era verdad, ha resucitado el Señor y se le apareció a Simón, y ellos le contaron cómo lo habían reconocido al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “Paz a ustedes”.

Llenos de miedo por la sorpresa creían que era un fantasma. Él les dijo: “¿Por qué se alarman? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Pálpenme y dense cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como ven que yo tengo”.

Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: “¿Tienen ahí algo qué comer?”

Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: “Esto es lo que les decía mientras estaba con ustedes: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse”.

Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.

Y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes serán testigos de esto”. Amén.

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