¿QUIÉN EDUCA AL PUEBLO?

“¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!”

Maruchi R. de Elmúdesi

Maruchi R. de ElmúdesiArchivo LD

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MARÍA TERESA ELMÚDESISanto Domingo

Este fin de semana nos trae lecturas bien bellas que culminan con esta carta preciosísima de San Pablo a los corintios, y que me ha servido de motivación para mis escritos semanales, y es que San Pablo para mí es como un espejo donde me miro y observo sus debilidades como las mías. 

Él físicamente no conoció a Dios, pero lo sentía en su corazón y a pesar de haber sido su perseguidor más acérrimo, el Señor lo “jamaquea” fuertemente y lo convierte en un apóstol increíble que es capaz de morir crucificado boca abajo en una cruz, porque no se sentía capaz de hacerlo igual que su Maestro.

Febrero para mí es un mes muy especial, pues fue un 4 de febrero que puse en circulación mi libro “Quién está educando el pueblo”, que ya tiene 20 años de publicado. Ya muchos me han pedido que publique el próximo, pero el Señor sabrá. Debo orar más. Porque la oración es “la fuerza del hombre y la debilidad de Dios”. (S.S. el papa Francisco)

Dios es débil frente a la oración y nunca debemos cansarnos de llamar a esa puerta. Dios siempre está presto a oírnos y si es Su voluntad para mi bien, me lo concederá.

Y es por eso que me siento responsable de anunciar el evangelio a tiempo y a destiempo como nos dice San Pablo. Mis hijos se quejan de que yo pido mucho al Señor y yo les contesto que eso mismo es palabra de Dios: “pedid y se os dará; tocad y se les abrirá. Porque el que busca, encuentra y al que llama se le abre”.

Yo me siento privilegiada del Señor, porque Él siempre ha oído mis oraciones, y yo no me canso de pedir que me ayude a mantener mi fe en Su amor y en Su esperanza. Amén.

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