Abraham, un compromiso para mantener vivo el legado de Arcadio Díaz

Su primera foto en la red social Instagram la publicó en el 2012. Justo a su lado, se encuentra su padre, el diseñador Arcadio Díaz. En la mayoría de sus publicaciones está presente su progenitor, con quien caminó de la mano en la misma dirección, mientras estuvo vivo.

Para Abraham, Arcadio Díaz fue un ser humano lleno de amor incondicional, dedicación, humildad, excelencia, trabajo arduo y constancia, y todas esas cualidades las dice con una luz en sus ojos.

“Mi padre fue mi mejor amigo, mi sostén, mi mejor compañero de trabajo, de aventuras y de experiencias que gracias a Dios me dio el privilegio de compartir muchos momentos y aprender de él, tanto en lo laboral como de la vida”.

Hoy, Abraham Díaz está detrás de este legado ‘de las guayaberas’, aquellas que su padre volvió una obra de arte. Su historia en este mundo se inicia cuando tenía apenas 12 años. Ayudaba a su papá, abriendo todos los sábados y días en los que no tenía clases. “Me enseñaba a escoger una buena tela, cortarla y luego coserla. Realmente, cuando entro a un almacén de telas, siento que lo disfruto tanto que pierdo la noción del tiempo”, agrega.

Estudió Administración de Empresas. Luego, hizo un postgrado en Gerencia Comercial, pero está convencido de que el trabajo de campo llega a ser más importante que varios pensum de estudios juntos. Y como el conocimiento nunca está de más, lo aprendido le permitió organizar la empresa, estructurarla y a la internacionalización de la firma. “Disfrutábamos las ferias textiles tanto en París, New York, Milán, entre otros. Cuando teníamos una colección que presentar, eran meses arduos de trabajo pero muy satisfactorios”, recuerda a su padre.

Jamás olvida el año 2001, cuando salió al mercado el rediseño de la ‘guayabera’. Fue su primera colección en la que estuvo totalmente inmerso. En este desfile, en Barquisimeto, Venezuela, mostraron cómo esta prenda podía ser adaptada a la mujer. “La apertura fue genial, con unas guayaberas transparentes en organza. Nunca nadie había imaginado que esta prenda tan masculina pudiera usarla una mujer. Luego, la presentamos en República Dominicana, Aruba, Miami, New York y París entre otros”.

“La guayabera es mi mayor orgullo”, dijo su padre en una ocasión. ¿Qué está haciendo Abraham con Arcadio Díaz (la marca) para seguir su legado?

“Indudablemente, mantenerla. La guayabera es una prenda que nos simboliza y nuestra marca es identificada por ella. En República Dominicana, nos representa bajo la estrategia de marca-país”.

Es por esto que, como todo buen maestro, dejó escuela; una escuela comprometida con su memoria, con su ejemplo, con el inconfundible carácter de su estilo, con la viva continuidad de su legado”, afirmó, muy orgulloso de que el diseñador Arcadio Díaz vivirá en su marca. “Y su esencia está en cada pieza, en cada diseño y en cada uno de ustedes que han hecho suya sus creaciones. El nombre de ‘Arcadio Díaz’ fue, es y será siempre un símbolo de calidad y buen gusto”, expresó con alegría.

Escribió una vez: “El arte del diseño y la costura nos enseña a cómo engalanar al hombre y a la mujer a la hora de vestir”. Con ello, se refería a la importancia de conjugar el diseño y la costura, porque da la virtud de adornar a un hombre y a una mujer con sus creaciones a su máximo exponente.

Sobre las texturas de las colecciones Arcadio Díaz

El lino es la textura principal, es la que define la marca, sobre todo para las prendas como la guayabera y la chacabana. También la seda, que ahora es tendencia en los caballeros. En los trajes, el denim y las lanas ligeras para conservar lujo y sofisticación, manteniendo una corriente que caracteriza a Arcadio Díaz, una firma que viste a un hombre fresco, elegante, con toques vanguardistas y adaptados a las tendencias de la moda actual.

Rumbo a RD Fashion Week

Esta próxima propuesta es una mezcla de estampados y colores vivos. “La tendencia del color verde es irrefutable y de los colores tierra, podríamos llamarlo lifestyle, en donde la diversidad de tonalidades y texturas se conjugan para atesorar las prendas propias del Caribe, prendas ligeras un tanto informales pero elegantes”, explica Díaz.

Hoy en día, no solo la guayabera es la protagonista en línea de productos, sino también las chaquetas sport de lino en caballeros, bermudas y pantalones capri. Para las damas, vestidos y conjuntos frescos con tonalidades claras y accesorios prácticos para el ambiente en que la mujer de hoy, con practicidad, se desenvuelve.

Para Abraham Díaz no necesariamente hay un antes y un después marcado. Desde que asumió el legado de su padre, es un compromiso, “un reto de asumir para demostrar la valía de la suma de construir mi propio gusto sin sentir que traicionamos el inconfundible legado de la firma”.

Lo que sí afirma es sentirse orgulloso de haberse ganado el cariño de tantas personas en República Dominicana y Venezuela, países que lo adoptaron, donde tenía una maleta de sueños por cumplir. “Estoy feliz de enamorarme de la moda, porque mi padre se enamoró de su trabajo, quería a sus colegas y demás personas que de, una u otra manera, vivían el día a día junto a él. Además, feliz de sus grandes méritos, por ser ese extraordinario diseñador, trabajador incansable, sobre todo, de este legado tan comprometedor como lo es la firma Arcadio Díaz”.

Por último, ¿qué podemos esperar de Arcadio Díaz en los próximos meses?

Actualmente, trabajan en el cambio de imagen en todas las tiendas. Iniciaron en el Aeropuerto Internacional de las Américas, seguido por Caracas y Barquisimeto, Venezuela. Para el próximo año, esperan tener presencia en Panamá y Puerto Rico.

Por lo pronto, continúan con el servicio de #arcadiodiazatumedida, que consta en el servicio a clientes a su domicilio, oficina o donde se encuentren para que, cómodamente, puedan escoger entre cientos de telas: algodones italianos, como Monti, Thomas Mason; linos irlandeses y lanas italianas e inglesas, como Dormeuil, Loro Piana, Zegna, por mencionar algunas, para la confección de sus trajes, guayaberas y camisas con diseños únicos y excepcionales.