folcloreando
Los nombres de pila
Lo que más se usaba eran nombres comunes e hispánicos, del santoral católico, por ejemplo: María, Manuel, Carlos, José, todo era combinación de estos con Miguel, Luis, Juan, rosa, Luisa, Mercedes, Altagracia y con unos apellidos, también comunes: Pérez, Mateo, Jiménez, etc.

Cuál es la razón de endonarnos un nombre sin nosotros ni siquiera estar de acuerdo después que crecemos. Se nos debe poner nombres provisionales y cuando cumplamos la mayoría de edad tener la facultad de cambiarlos si no estamos de acuerdo, por un costo razonable y sin tantos papeleos.
El ser humano es muy presumido, queremos ponerles a nuestros hijos nombres de artistas, telenovelas, de acontecimiento sociales, políticos, económicos y eventos naturales, el almanaque Bristol pasó a la historia y total.
Lo que más se usaba eran nombres comunes e hispánicos, del santoral católico, por ejemplo: María, Manuel, Carlos, José, todo era combinación de estos con Miguel, Luis, Juan, rosa, Luisa, Mercedes, Altagracia y con unos apellidos, también comunes: Pérez, Mateo, Jiménez, etc. y ustedes saben qué implica eso, que cuando usted va a buscar un papel de Buena Conducta aparece con una ficha porque muchos de los que delinquen tienen esos nombres y apellidos y ya se puede imaginar el trajín para poner las cosas en orden.
Esos mismos nombres, las madres se los ponen pero en inglés: Mary, Joseph, Johnny, Michel, o si no Sthephany, Paulette (¿francés?), que muchas veces ni lo saben pronunciar y menos escribirlos y aunque lo sepan escribir, cuando van a expedir un Acta de Nacimiento, el escribiente pone el nombre como le dictan las neuronas: Estefany, polé, etc.
Otros le ponen los nombres al revés o combinaciones de nombres para que se vean “hevy” y cuando le preguntamos ¿y ese nombre?, nos contestan que es una combinación del nombre de su marido y el del abuelo, o del papá y la mamá o del nombre del papá. Se imaginan Xiomara al revés: Aramoix, ¿y quién le iba a colocar la equis final? Y pensar que en mi familia siempre me han dicho Xiomara y la demás gente me dicen Xiomarita después que tengo más edad. Nunca me dijeron Xiomarita.
A mi sobrina Migdalia Cristobalina le decían Crito y de adulta Migdalia. A Teodoro Arquímedes, mi sobrino, nadie le dice los nombres juntos, la familia le dice Arquímedes y las demás personas le dicen Teo. Una compañera de Universidad se llama Fe, Esperanza y Caridad y le dicen Fe. Esas complicaciones para mí no existen: Declaré a mis hijas como Nathalia, Noelia y Amelia y Nathalia.
Eso sí, muchas veces el lío se me arma por el final: lia, lia y lia y algunas veces estoy llamando a la que no es. Hemenegilda, Anastasia, y otros más, son bonitos o feos, depende de quién los lleve. Asuman sus nombres con orgullo si no pueden cambiárselos. La suerte que existen los apodos.