Fábulas en alta voz
“Terrorismo verbal”

Infundir miedo no tiene que vincularse sólo a las agresiones físicas. En nuestro país, hace mucho que se está desarrollando un “terrorismo verbal” que toma fuerza sin que se utilicen las ‘armas’ necesarias para hacerle frente a este tipo de intimidación que protagoniza programas radiales, televisivos y digitales.
Es un atentado a los cánones de enseñanza, de aprendizaje a través de los medios de comunicación. A mí, de manera particular, me preocupa que no se ponga en marcha un programa de adecentamiento que saque de circulación definitiva a quienes ponen en peligro la paz social con sus malas palabras, su discurso agresivo y sobre todo, con su falta de respeto.
Metiendo miedo
Tanto poderío ha tomado este “terrorismo verbal” que hemos visto cómo el accionar de las autoridades de Espectáculos Públicos se ha quedado corto ante tanta bajeza.
Yo, de manera responsable, entiendo que se puede notar hasta cierto temor a la hora de imponer las reglas a quienes, sin ningún tipo de escrúpulos, llevan a ciertos programas un repertorio de términos que no comulgan como la misión que debe cumplir un medio de comunicación.
Y la cosa se pone peor, pues ahora, hasta los programas radiales se graban y, permiten ver gestos obscenos y hasta peleas entre los dimes y diretes que escenifican presentadores y hasta algunos invitados.
Un viaje fabuloso
Triste y preocupada por esta situación, hice un paseo por una ciudad fabulosa donde nadie se atreve a jugar con las buenas informaciones, con la decencia, con respeto, con los mensajes de crecimiento y fortalecimiento... Nada de eso se toca.
Quien en un medio de comunicación se atreva a vulnerar estos principios sabe que puede despedirse para siempre de ellos. No es que con una sanción sencilla resolviste y ya. Noooo, lo poco o lo mucho tiene un precio qué pagar. El que rompa con las reglas sabe que se debe atener a sus consecuencias.
Debes estar facultado
En aquel lugar fabuloso, no todo el que quiera agarrar un micrófono puede hacerlo. Tienes que estar facultado para ello. Eso es lo que te da la potestad del poder de la palabra a través de los medios. Mientras consigues las competencias para poder incursionar en el área, te van evaluando.
Es a pulso que se obtiene una licencia para poder participar en cualquier tipo de programas, no importa la temática que aborde. A diferencia de nuestra realidad, allí, no juegan con la palabra. Están conscientes de que el “terrorismo verbal”, además de dañar reputaciones, llevar un mensaje equivocado a la audiencia y ensuciar la buena comunicación, puede ser un arma destructiva.